Son palabras de Ferdinando Scianna, nacido el 4 de julio de 1943 en Bagheria, Sicilia. A los diez años le regalaron una cámara, un gesto que marcó su destino. El hombre que acabó en la Agencia Magnum, el “Olimpo” de los fotógrafos, como la llaman, empezó fotografiando a sus compañeros de colegio, lo que le hizo muy popular según él mismo cuenta en una entrevista concedida a Mónica Cuende, de la revista El Duende, en 2006.
Mientras estudiaba Literatura, Filosofía e Historia del Arte en la Universidad de Palermo, realizó un sinfín de fotos de las fiestas, de los acontecimientos de la isla y de sus personajes. Parte de estas fotos se publicaron en 1965 en el libro “Feste Religiose in Siciliai”, ganador del Premio Nadar 1988, que incluye un ensayo del escritor siciliano Leonardo Sciascia, en lo que fue su primera colaboración con una larga lista de literatos. Se trasladó a Milán en 1967 y al año empezó a trabajar para la revista L’Europeo, primero como fotógrafo y a partir de 1973 como periodista.
1982
En 1977 se fue a París y trabajó redactando artículos políticos para Le Monde Diplomatique y sobre literatura y fotografía para La Quinzaine Littéraire. Ese mismo año publicó en Francia “Les Siciliens”, con textos de Dominique Fernandez y de su gran amigo Leonardo Sciascia, y en Italia “La villa dei mostri”, con una introducción de Sciascia. En esa época conoció a Henri Cartier-Bresson, que le había influenciado mucho en su juventud. Cartier-Bresson le introdujo en Magnum Photos en 1982 y se convirtió en miembro oficial de la agencia en 1989, el primer italiano y fotógrafo de moda que lo conseguía.
1986
En esos siete años conoció y colaboró con numerosos escritores, entre ellos Manuel Vázquez Montalbán, que se encargó de la introducción de “Le Forme del Caos”. Descubrió España, especialmente Andalucía, gracias a Sciascia. Contribuyó de forma esencial en las campañas de Dolce e Gabbana de la segunda mitad de la década de los ochenta. Según él mismo dice, la fotografía de moda “me ayudó a borrar mis prejuicios y a descubrir algo fundamental para mi carrera, que la diferencia entre los retratos y las instantáneas era menos radical de lo que pensaba. Por mucho que alguien pose, siempre ocurre algo que no se puede calcular, y eso es la fotografía…todo pasa en un instante”.
1993
Volvió a explorar los rituales religiosos con “Viaggio a Lourdes” (1995) y dos años después publicó una serie de fotos de personas durmiendo, “Dormire forse sognare” (Dormir, quizá soñar). Sus retratos del escritor Jorge Luis Borges se publicaron en 1999, el mismo año que realizó la exposición “Niños del mundo”.
Jorge Luis Borges (1984)
En 2002 terminó “Quelli di Bagheria”, un libro en torno a su ciudad natal en el que intenta reconstruir el ambiente de su juventud mediante escritos y fotografías de la ciudad y de sus habitantes.
Liguria (Italia)
Roma, 1981
Actualmente vive en Milán, donde regresó a finales de los ochenta. Dejó Sicilia en 1967 y no ha vuelto a vivir allí desde entonces. Sin embargo, en una entrevista concedida en 2010 a Lucia Magi, del diario El País, dice: “Puedo ver el mundo solo por el prisma de Sicilia”. Y un poco más abajo añade: “El amor por esa tierra siempre es oscuro, atormentado. A menudo obliga a poner distancias. Es bipolar, una continua contradicción entre afecto y rencor”.
Villa Palagonia, Bagheria, Sicilia, 1972
Ferdinando Scianna no hace muchas fotografías últimamente; se dedica sobre todo a digitalizar su inmensa colección de negativos. Ha publicado más de cincuenta libros, el último, “El espejo vacío: Fotografía, identidad y memoria”, en 2015.
No sabemos si tuvo un gato, ni si le gustaban los gatos, o si simplemente fotografió algunos gatos que se cruzaron en su camino. En otra entrevista realizada por Angela Madesani en Milán en enero de 1998, la periodista le dijo que durante toda su carrera había fotografiado animales y él contestó: “Los animales participan en nuestra vida. Forman parte del mundo real, como todo lo demás. Por eso, también los capta mi objetivo”. Creemos que merece la pena publicar las fotos de gatos realizadas por Ferdinando Scianna por su sencillez, espontaneidad y belleza.