Sin conocerla pienso que la artista plástica y escritora Mele Bruniard es de los míos: ama a los gatos. Ellos se aparecen en sus obras llenos de vida, en poses muy familiares. Los hay rayados, negros y blancos. Y los hay con cuerpos llenos de palabras, las que nos parecen decir con sus miradas hiptónicas. Están acompañando soles, símbolos y otras bestias, o a la misme Mele en un sueño lleno de felinos.
En una tarde soleada de Julio, llegando al primer piso del Museo Castagnino, en otra de sus muestras retrospectivas, encontré que las tres primeras xilografías de Mele exhibidas resultaron ser de gatos, decidí fotografiarlos. E hice lo mismo con todos los mininos que encontré enmarcados.
En verdad, les robé los gatos a Mele y armé un video con ellos.Para que salgan a vagar por los tejados y que después aparezcan durmiendo a los pies de nuestra cama. Sí. Los siento ronronear.