Los gatos y los fotógrafos: Brassaï

Por Nazarinasociacion

La portera (1942)

Los gatos atraen a los fotógrafos: Henri-Cartier Bresson, Willy Ronis, Edouard Boubat, Edward Weston, Martine Frank, Izis Bidermanas, solo por mencionar unos cuantos. Pero todos estos fotógrafos se hicieron famosos entre los años 30 y 60 del siglo pasado. La mayoría vivió en Francia, aunque no todos eran franceses, excepto Edward Weston, un enamorado de los gatos californiano. Dado que nos proponemos publicar periódicamente entradas de “gatos y fotógrafos”, tendremos que profundizar en el tema. En febrero publicamos una entrada de Willy Ronis (http://nazarinasociacion.org/2015/02/02/los-gatos-de-willy-ronis/) y en octubre del año pasado, otra cortita de Henri-Cartier Bresson (http://nazarinasociacion.org/2014/10/31/el-fotografo-y-el-gato-ulises/), pero ¿hay fotógrafos actuales que también se apasionan por los gatos y los fotografían en las calles, ventanas, tejados? Sabemos de una pareja en Boston, Jason y Elizabeth Putsché (http://nazarinasociacion.org/2015/03/09/fotografos-de-baltimore-en-defensa-de-los-gatos/).

Brassai y su cámara

Hoy hablaremos de Brassaï, cuyo nombre completo era Gyula Halász Brassaï. No hemos conseguido saber si le gustaban los gatos ni si tuvo un gato; solo sabemos que hizo fotografías geniales de los gatos de París. De hecho, Brassaï fotografiaba París, a los habitantes de París, durante sus largos paseos, por lo que su amigo Arthur Miller le puso el apodo de “El ojo de París”. En la época en que recorría las calles de la ciudad, se veían más gatos que ahora. Era casi imposible que la portera no tuviera un gato y que ese gato no saliese al patio de entrada, incluso a la calle, dando un salto desde la ventana. Había un gato en el café de la esquina; la dueña de la mercería tenía un gato que recibía a las clientas sentado en el mostrador y otro reinaba en la trastienda del ultramarinos de la esquina. Había muchos gatos bien alimentados y felices en las pequeñas calles de los barrios más populares. También había menos coches, los vecinos se conocían, las compras se hacían en el barrio…

Gata en escaparate – 1939

Pero volvamos a Brassaï. Nació en Hungría, concretamente en Brasov (de ahí su seudónimo) el 9 de septiembre de 1899 de padre rumano y madre armenia. Creció hablando húngaro y rumano. Cuando tenía tres años, la familia vivió en París durante un año, mientras su padre enseñaba en La Sorbona. Estudió pintura y escultura en la Academia de Bellas Artes de Hungría, en Budapest. Sirvió en el regimiento de Caballería del ejército austrohúngaro hasta el final de la I Guerra Mundial.

Gato en ventana – 1953

En 1920 se trasladó a Berlín, donde trabajó como periodista, y en 1924, a París, donde permanecería el resto de su vida. Hablaba poco francés y decidió mejorarlo leyendo la obra de Marcel Proust. También en París trabajó de periodista y no tardó en trabar amistad con Henry Miller, León-Paul Fargue y Jacques Prévert.

El gato

Su amor por la ciudad le llevó a fotografiarla. Años después escribiría que usó la cámara “para captar la belleza de las calles, de los jardines bajo la lluvia, de la niebla, y para plasmar París de noche”. En 1933 publicó su primera colección de fotografías con el título de “Paris de nuit” (París de noche) con un éxito inmediato. Fotografió a muchos de sus amigos artistas, entre ellos Salvador Dalí, Pablo Picasso, Henri Matisse y Alberto Giacometti, y escritores como Jean Genet y Henry Malraux.

Gato en sombrerería

En 1948 expuso en solitario en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, y de nuevo en 1953, 1956 y 1968. Ese mismo año (1948) se casó con Gilberte Boyer y obtuvo la nacionalidad francesa después de muchos años siendo apátrida.

Pero Brassaï no solo se dedicó a la fotografía. Rodó una película, “Tant qu’il y aura des bêtes” (Mientras haya animales), en 1956, premiada en el Festival de Cannes, y escribió diecisiete libros y un gran número de artículos. Abandonó la fotografía en los años sesenta para dedicarse únicamente a la escultura.

Sin título – 1938

Falleció en 1984 y está enterrado en el cementerio de Montparnasse, el barrio donde pasó sus primeros años en París. En 2000 se celebró una gran retrospectiva suya en el Centro Georges-Pompidou con 450 obras.

Brassaï dijo: “A veces nos preguntamos si la vida tiene sentido, pero conocemos a seres que le aportan sentido”.