Su mérito no ha sido otro que cumplir con el deber de todo presidente de gobierno, que es garantizar la paz y la seguridad de sus ciudadanos, algo que incumplen todos los demás, sobre todo los políticos de izquierda, que con su buenismo están llenando las sociedades de criminales sin control y convierten la vida de sus ciudadanos en un infierno.
Algunos, para desacreditarlo, llaman a Bukele "dictador", pero sus partidarios responden que la diferencia entre Bukele y el socialismo, encarnado, por ejemplo, en el venezolano Maduro, no sólo es que uno crea paz y prosperidad y el otro delincuencia y pobreza, sino que el socialista lo hace trucando elecciones y apelando a la tiranía y el otro ganando elecciones libres con apoyo del pueblo.
España es hoy un modelo mundial de fracaso político e hipocresía maligna de la izquierda en el poder. La inmigración ilegal viola las fronteras de manera impune y llena las ciudades españoles de delincuentes incontrolados, sin que el gobierno de Sánchez haga otra cosa que estimular la invasión sin filtrar a los que llegan y provocando un suicida efecto llamada gracias a las ayudas que otorga a los inmigrantes.
España ha pasado de estar entre los 5 mejores países del mundo para las mujeres, en 2018, al puesto 27°, en apenas 5 años; Emiratos Árabes, Chequia o Letonia superan ya a España. El principal motivo del empeoramiento son la política sanchista de acogida a la inmigración sin filtro alguno, lo que ha disparado la criminalidad, sobre todo la sexual.
La sociedad española se escandaliza cuando ve a miles de inmigrantes llegar, saturando los centros de acogida y hasta hoteles que antes acogían a turistas, alquilados por el gobierno para acoger a los que llegan y premiarlos con pensión completa y trato de lujo. También se indigna cuando barrios enteros se hacen inhabitables porque los delincuentes extranjeros crean un ambiente peligroso e irrespirable, pero el sanchismo impone su voluntad con hipócrita tiranía.
Como dice el presidente salvadoreño Bukele, el gobierno de Pedro Sánchez es cómplice de la delincuencia extranjera que crea peligro y dolor en las calles de España.
Francisco Rubiales