Hoy han salido a la luz los nuevos estatutos de la Academia de Cine y un artículo llama bastante la atención. Se trata de una limitación aprobada por unanimidad por la junta directiva que impide a los menores de 16 años optar a una estatuilla. La razón, según su presidente Enrique González Macho, "es proteger al menor. Cuando un niño gana un Goya le puede afectar profundamente en su desarrollo posterior". Macho se refiere a las obligaciones que se derivan de la condición de académico que se obtiene al ganar la estatuilla, y que considera que sobrepasan la capacidad de los menores.
Aunque el presidente ha asegurado que esta medida no afectará a futuras películas con protagonistas bajitos, es complicado hacerse una idea de dónde estarían hoy intérpretes como Juan José Ballesta de no haber obtenido la estatuilla, y esperemos que la solución no pase por que intérpretes más creciditos empiecen a interpretar a adolescentes para obtener una nominación. En mi opinión hubiera sido mucho menos polémico y más justo modificar las responsabilidades que conlleva la condición de académico para los pequeños trabajadores del cine sin que eso suponga limitar sus derechos, porque conciliar una infancia con los estudios y el crecimiento personal con un trabajo -cualquiera- que encima requiere exposición pública debería estar cada día más premiado, no menos.
Vía El País.