Este sábado 29 de febrero, las calles de Moscú, se pintaron de odio y repudio, hacia el presidente Vladimir Putin. Los gritos de la madre rusa, fueron escuchados por los cuatro vientos.
Una multitudinaria manifestación pobló las calles de la capital del país más extenso del mundo; Rusia. Las pisadas de más de 35.000 mil ciudadanos rusos, desconcertaron a los vecinos de Moscú, en la mañana de este pasado sábado. Con la curiosidad desgarrando sus ganas de saber qué estaba pasando, los vecinos rusos se asomaron en sus ventanas, para ver al grupo más grande de manifestantes desde que la URSS se desintegró.
Los opositores del mandatario actual, fueron los encargados de la marcha en memoria de Boris Nemtsov; político asesinado por sicarios chechenes hace cinco años atrás, frente al Kremlin. Acto que lo mantienen como responsable políticamente al presidente Putin, por parte de la familia del político asesinado y por los partidarios de la oposición, por plantar un ambiente de odio en la oposición, tras la anexión de Crimea y la guerra en el Donbás del año 2014.
¡RUSIA SIN PUTIN! Eran los gritos desaforados que más hacía eco dentro de la manifestación, un “grito de guerra” ya utilizado hace años por parte de la oposición. También pudimos apreciar la presencia primera en un acto público, de la hija del quien fue gobernador, diputado, ministro y viceprimer ministro, Boris Nemtsov, quien encabezaba el éxodo de los rusos en tiempo de democracia y pidiendo la cabeza del “emperador Putin”.
El domingo por la mañana, el abogado de Nemtsov, acusó al presidente Putin, por no permitir el avance en el esclarecimiento del caso de asesinato del político:
- “El máximo dirigente del país de manera totalmente consciente obstruye cualquier investigación sobre el asesinato de Nemtsov».
Una de las pancartas más enfocadas por parte de los medios de comunicación rusa, fue la gigantesca que llevaban en la cabeza de la marcha y que tocaba las manos de la hija del político asesinado: “Los que encargaron el asesinato deben ser encarcelados”. Era la frase que relucía con grandes letras negras.
Precisamente, el cántico que se podía oír hoy en las calles de Moscú, «Kadírov, la vergüenza de Rusia», alude al que la familia y los correligionarios de Nemtsov consideran el principal culpable de su muerte, el líder chechén, Ramzán Kadírov, aunque la Justicia siempre se ha negado a que sea interrogado.
Kadírov, quien tachó antes del asesinato a los opositores como Nemtsov de «enemigos del pueblo» en un artículo en el diario ‘Izvestia’, calificó de «auténtico patriota ruso» al presunto ejecutor del crimen.