Los gritos y las formas de Chacón

Publicado el 07 febrero 2012 por Santiagomiro

Congreso del PSOE. Montaje original de Helen Levitt

El abrazo de Rubalcaba y Chacón.

Casi un millar de socialistas votaron, en el 38º Congreso Federal del PSOE celebrado en Sevilla el fin de semana pasado, al nuevo secretario general del partido. Tanto Rubalcaba como Chacón defendieron su manera de expresarse, pero se olvidaron de análisis, autocríticas y debates. Y el desempate a favor lo consiguió Rubalcaba con sólo 22 votos más que Chacón. Rubalcaba convenció al auditorio socialista con su fuerza oratoria. Supo explicar su discurso son soltura, sin gritos ni gestos de más. En cambio, la interpretación de Carmen Chacón, con su voz estridente y a veces fuera de tono, sonó a forzada y a desesperada por explicar un discurso que chirriaba y tapaba el fondo de lo que decía. “Le falló la interpretación pese a que, si algo caracterizaba su candidatura –según Fenando Garea, en “El País”– era la aplicación del manual de la comunicación política. Y la forma de su discurso convirtió su baza del riesgo en imprudencia manifiesta”. A Carmen Chacón –según Mario de las Heras– le hubieran venido bien unas clases magistrales de las que impartía Parrotti a las jóvenes promesas del bel canto. “Uno se pone malo de imaginar ese tono desaforado, restallando en las radios y televisiones cada día… El timbre gallináceo y los gritos, como si el personal fuera sordo o extranjero, en la más fiel tradición ibérica de elevar la voz y silabear aunque el interlocutor no entienda ni jota… Si alguien puede hacer algo así con las cuerdas vocales, qué podrá hacer con el poder”.
El triunfo de Rubalcaba trajo consigo muchos aplausos y el fracaso de Chacón, ciertas críticas de los perdedores. Bono aplicó sus teorías: “Los que han perdido tienen que someterse”. Los socialistas catalanes puntualizaron en conversaciones privadas que la nueva lista podía haber sido más integradora, aunque votaron a favor “por responsabilidad". Tomás Gómez, quien el día anterior se había alineado con la candidata que luego resultó derrotada, aprovechó para hablar de la “integración de Rubalcaba”. “Cada uno de nosotros –dijo– tenemos un concepto de lo que es la integración y este es el concepto que tiene Rubalcaba”. Y Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, resumió el mal comienzo: “Me habría gustado una lista de integración de verdad, pero el nuevo líder del partido optó por hacer un equipo con personas de confianza que le apoyaron en la fase previa y en el propio Congreso”. Ninguno de ellos habló de la forma del discurso de cada uno de sus líderes, que, en el fondo, les convenció o disgustó. Lástima que la primera mujer candidata a liderar un partido con 130 años de historia, quedara así postergada por sus formas más que por el fondo de sus palabras.