En Bañugues hay un grupillo de 12 chorlitejos grandes Charadrius hiaticula, ya desde finales de octubre nada menos. No es fácil controlarlos con marea baja pero sí en pleamar, y 12 es el número que llevo contando desde hace tiempo. En principio es buena noticia, ya que no hay bajas...
En el grupo hay plumajes variadillos. Claramente adultos...
Claramente juveniles...
Y algún probable adulto de la subs. tundrae (el anterior sería de la subs. psammodromus)...
Junto a ellos también un buen grupo de vuelvepiedras Arenaria interpres, estos son aún más difíciles de controlar ya que con marea baja se dispersan por las rocas. El domingo pasado, en pleamar, conté un total de 15.
Los vuelvepiedras también se asentaron a finales de octubre, aunque su número ha oscilado, con un máximo de 22 en diciembre, quizá con algo de paso. En marea alta se llevan bien con los chorlitejos, buscando pequeños invertebrados entre los restos de la marea.
Un invernante insusual en Bañugues este año es un juvenil de correlimos oscuro Calidris maritima que se asentó en enero.
En ocasiones se ven las tres especies juntas comiendo en las rocas.
En Bañugues también se ven un par de chorlitos grises Pluvialis squatarola, uno desde finales de noviembre y el otro llegado en enero.
Ya en Luanco, comenté hace unos días la presencia de un buen grupo de correlimos oscuros, hasta un total de 9. Por analogía con el ave de Bañugues, la mayoría debió llegar probablemente en diciembre o enero. Con ellos hay varios vuelvepiedras, el máximo que he contado es 10 aves. Se ven en el espigón del Gayo, pero no todos los días.
Y para terminar el panorama de limícolas, los sempiternos andarríos chicos Actitis hypoleucos, con varias aves. En Bañugues he contado hasta 4 juntas, y en Luanco debe haber 8, 5 en Aramar, 1 en la Ribera y 2 en la zona del Gayo.
Para otro día, el resto de acuáticas...