Hablar de El Frente Atlético supone referirse al grupo de extrema derecha más numeroso de toda la Primera División. Los seguidores radicales del Atlético de Madrid, que suelen ver los partidos de su equipo desde el fondo sur del Calderón, se caracterizan por su ideología derechista.
El Frente Atlético está dividido por secciones y algunas de ellas no esconden su idiosincrasia y reconocen abiertamente que utilizan la violencia y que su ideología es plenamente hitleriana (nacionalsocialista). En 1998, una escisión de este grupo ultra, el grupo Bastión, asesinó al aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, en los alrededores del estadio Vicente Calderón. El autor material del apuñalamiento, Ricardo Guerra, sigue todavía en prisión después de haber sido condenado a 17 años. Y, precisamente, fue noticia meses atrás por haber tratado de introducir droga, 150 bellotas de hachís concretamente, en el Centro Penitenciario de Inserción Social Victoria Kent después de haber gozado de un permiso penitenciario. Una anécdota que apunta hacia un dato relevante: la relación entre el mundo ultra y las drogas. Los negocios entre pequeños ‘camellos’ e importantes consumidores son habituales en las gradas de un estadio de fútbol.
Un grupo que comparte ideología y territorio con el Frente Atlético es 'Ultras Sur'. Aunque no conforman un grupo excesivamente numeroso, los ultras del Real Madrid preocupan a la policía por su extremismo. Con una ideología fascista, los radicales del Real Madrid han participado, al margen del fútbol, en incontables manifestaciones ultraderechistas. Ahora son noticia por el intento del club blanco de echarles del Santiago Bernabéu y por la guerra interna que mantienen entre ellos por el control de las cuentas internas y que ha derivado en un cambio generacional. El principal cabecilla de esta rebelión de la gente joven sobre los veteranos, Antonio el ‘Niño’, no tiene reparos en confesarse a través de su cuenta de twitter como un aficionado atlético, encarnizado rival blanco, y al que le gusta el Madrid y pisa las gradas del Bernabéu. Confesión a la que sigue un “Al que no le guste ya sabe, Heil Hitler!”. También reconocía abiertamente que el fútbol se la “sudaba”.
Históricamente, los ultras merengues, en su gran mayoría neonazis (otra de las claves que promovió este golpe de estado dentro de su grupo fue la falta de compromiso con la causa nacionalsocialista de los líderes actuales y que rondaban la cuarentena) se han caracterizado por sus enfrentamientos con grupos rivales así como por escenas tan impactantes como el derribo de una portería en el Santiago Bernabeu durante un partido de Champions League. Este grupo está directamente hermanado con otras organizaciones ultraderechistas como las Brigadas Blanquiazules del RCD Espanyol.
El eterno rival del Real Madrid, el FC Barcelona, no cuenta en la actualidad con ninguna organización radical; con Joan Laporta como presidente, los ultras culés, se disolvieron casi por completo en 2003. En los últimos tiempos, vayas secciones de los Boixos Nois han sido juzgadas por la justicia catalana por varios delitos. Precisamente, los Boixos Nois estaban reconocidos por los propios ultras de otros equipos de fútbol como los más peligrosos del panorama nacional. Su facción más violenta, los ‘casuals’, participaron en el asesinato de Frederic Rouquier, miembro de las brigadas azules del Espanyol, y sus miembros han estado relacionados con delitos de narcotráfico. Funcionaban como una mafia y muchos de sus miembros eran puertas de discoteca. Los enfrentamientos contra los radicales del Espanyol han sido los más problemáticos del movimiento ultra español durante los últimos 20 años.
Merece la pena extenderse en la denominación ‘casuals’. Son la reencarnación de los Suedeheads de los años 70. Están considerados por muchos como los hooligans españoles. Los primeros individuos etiquetados como casuals fueron seguidores del FC Barcelona, haciendo su presentación oficial en 1991 en el estadio de La Romareda (Real Zaragoza). La principal característica a resaltar del casual es su total rechazo a la típica y tradicional estética skin, adoptando una indumentaria normal y corriente que dificulta enormemente su identificación. No beben ni toman sustancias estupefacientes y están catalogadas como personas muy peligrosas.
Los ultras del Valencia no llegan a los cien pero son de lo más ruidosos. Con ideología derechista extrema, en las últimas temporadas han protagonizado importantes altercados. Recientemente, fueron identificados ocho de sus miembros como los responsables de atacar con piedras a varios aficionados del Sevilla poco antes de que ambos equipos jugasen un partido.
Otros clubes de Primera División cuentan también con grupos de extrema derecha como son los Ultra Boys (Sporting de Gijón), Supporter (Real Betis), Ligallo (Real Zaragoza) o el Frente Bokerón (Málaga). Todas estas organizaciones han sido protagonistas en más de una ocasión de incidentes violentos contra otros grupos de ideología adversa.
Pero en los últimos años se ha producido una explosión numérica de los grupos de izquierda dentro de los grupos ultras del fútbol español. Los expertos que estudian y analizan la violencia en el fútbol estiman que hay entre 2.000 y 3.000 ultras en el deporte español, la mayoría de ellos pertenecientes a grupos radicales de equipos de Primera y Segunda División. Y si hace unos años la extrema derecha se dejaba ver con mucha más facilidad en los estadios, recientemente, las organizaciones de ultraizquierda han adquirido más protagonismo.
Para los investigadores de la policía, los Bukaneros son uno de los grupos más inquietantes del panorama futbolístico español. Formado por unas 300 personas de extrema izquierda, algunos de sus militantes forman parte de la Coordinadora Antifascista de Madrid y muchos de ellos suelen ser habituales en las últimas manifestaciones que se han celebrado en la capital. A raíz de esta presencia, la policía madrileña registró la sede de este grupo incautándose de bengalas, botes de humo, petardos, martillos, casos de moto y escudos artesanales.
Los propios hinchas se definen en su portal de Internet como “anticapitalistas, antifascistas y antirracistas”. Para ellos, el Rayo es el “símbolo y orgullo de la clase obrera que cada domingo acude al Nuevo Estado de Vallecas a ver fútbol para evadirse de la cotidiana realidad".
Al tratarse de uno de los grupos más activos de Primera División, los Bukaneros tienen mucha relación con otros radicales de la geografía española con los que comparten la misma ideología extrema. Los ultras del Rayo mantienen unos lazos muy estrechos con las Brigadas Amarillas del Cádiz y los Biris del Sevilla.
El grupo radical del Celta de Vigo, los ‘celtarras’ tiene más de 25 años de historia y saltó a la fama por vetar el fichaje de su club de un entrenador, Salva Ballesta, de orígenes militares y que nunca ocultó su tendencia política contraria a la que imperaba en las gradas de Balaídos. Sus integrantes, que no llegan al centenar, simpatizan con la ultraizquierda y los movimientos independentistas gallegos. De hecho, en su página web aparece un enlace que rinde homenaje a varios de los detenidos por formar parte presuntamente de la organización terrorista 'Resistencia Galega'. En este portal aparecen de manera muy visible todo tipo de banderas independentistas, así como enlaces a varias asociaciones o plataformas antifascistas.
Los ultras del Sevilla también se caracterizan por su violencia. Entre otros altercados, protagonizaron uno que mediáticamente tuvo mucha fuerza: una paliza a un aficionado del Atlético de Madrid en las inmediaciones de la estación de tren de Santa Justa horas antes de un partido de Copa del Rey. Con una ideología de extrema izquierda, los radicales sevillanos también han protagonizado incidentes deleznables en Rota y Gijón. Por estas circunstancias, el ex presidente del Sevilla, José María Del Nido, ahora encarcelado por malversación de fondos, decidió romper con ellos y prohibirles la entrada al Ramón Sánchez Pizjuan durante varias jornadas.
Este grupo, que está formado por unas 600 personas muy jóvenes, ha llegado a exhibir en su fondo banderas independentistas andaluzas e incluso emblemas de otras aficiones 'hermanas' como las de los Riazor Blues (Deportivo) o las del Kolectivo Sur (Xerez).
Pero a la hora de hablar de grupos ultras de izquierda hay que echar un vistazo a la costa norte de nuestra península. 'Indar Gorri', 'Peña Mujika' y 'Herri Norte' son los tres grupos ultra más famosos del Navarra y País Vasco. La peña Indar Gorri lleva más de 25 años apoyando a Osasuna y sus integrantes, no más de 200, suelen simpatizar con el movimiento abertzale. En su página web aparecen enlaces en los que se pide el acercamiento de los presos etarras a las cárceles vascas.
La peña Mujika y el colectivo Herri Norte son los dos grupos radicales de la Real Sociedad y del Athletic Club de Bilbao. Al igual que Indar Gorri, muchos de estos seguidores también exhiben símbolos independentista, antifascistas y abertzales.
Según informó en su momento el CEIVID (Centro de Estudios e Iniciativas sobre Discriminación y Violencia) muchos de estos grupos han tomado la decisión de unirse para constituir una asociación que tiene como objetivo prioritario modificar la actual Ley del Deporte. Esta asociación pretende frenar lo que consideran “multas desorbitadas” a los aficionados del fútbol español. Iniciativa que nos permite trasladarnos al inicio de esta investigación y en el que exponíamos una conclusión clara: la Ley contra la violencia en el Deporte ha resultado ser muy efectiva.