Mi querida amiga María Jesús ha sugerido que entremos en el primer mes del año con algún post musical. Y aquí estoy dispuesto a seguir sus sugerencias.
Gran parte de mis recuerdos adolescentes están relacionados con los guateques. Esas reuniones informales que hacíamos en nuestras casas, por turnos, con un tocadiscos y los vinilo de 45 revoluciones, y que tenía como misión relacionarnos con las chicas.
Muchas fueron las canciones que durante los sesenta triunfaron en nuestros guateques, música anglosajona, francesa, española, pero hoy quiero hablar de una que creo un poco olvidada y que marcó una época dorada: la italiana.
Si alguien quería bailar suelto, sudar la pana, soltar adrenalina, la música anglosajona era la preferida. Si se trataba de bailar juntos y rozar a la chica, tenerla abrazada, no había nada como la música italiana.
En esas épocas, estaba de moda un festival que desde principios de los cincuenta alcanzó su cumbre a mediados de los sesenta. Y las baladas más bellas surgieron en esa competición: Sanremo.
En el festival de Sanremo, se dieron a conocer al mundo, cantantes tan importantes en esa época como Domenico Modugno, Pino Donaggio, Iva Zanicchi, Mina, Gigliola Cinquetti, Bobby Solo y Nicola di Bari entre otros. Baladas de amor que se cantaban y bailaban y que propiciaban los momentos más álgidos y esperados de esos guateques.
Aquí dejo una selección, algunas cantadas en Sanremo, otras de la época, todas baladas italianas, románticas, de las de bailar pegados: