Los guilty pleasures de filmin (parte IV)

Publicado el 29 junio 2012 por Fimin

29 de Junio del 2012 | etiquetas: Guilty Pleasures, Homosexualidad, Gay y Lésbico Twittear

Llega la semana del Orgullo, y no queremos perder la oportunidad de presentar un par de títulos marcados con arcoiris que va a encantarte disfrutar en privado o que al menos no vas a abanderar entre tus pelis favoritas. We're here, we're guilty pleasures, get used to it!  

L. A. ZOMBIE

¿De qué va?

Un esquizofrénico sin hogar piensa que es un alienígena zombie enviado a la Tierra. Así, vagabundea por las calles de Los Ángeles en busca de cuerpos muertos a los que devolver a la vida a través de un contacto homosexual con ellos...

¿Quién está detrás?

Otro paso más en la obre de Bruce LaBruce, que mezcla lo más extraño y del cine independiente (“Otto, or up with dead people”) con lo más bizarro del porno gay (“The raspberry reich”) sin olvidar guiños cinéfilos desde su producción más temprana (“Super 8 ½”).

¿Quién sale?

Para el cometido de esta película, LaBruce pone en la cabeza del reparto al reconocido actor porno gay François Sagat, que termina multitud de víctimas. Violencia y sexo se encuentran en este personaje.

¿Qué es?

La brutalidad de la saga “Saw” se encuentra con lo más duro del porno gay. ¡Y con zombies de por medio! Es imposible rehuir el fantasma de Fassbinder en esta película.

¿Qué lo hace un guilty pleasure?

La película parte de una premisa que va más allá del bizarrismo común. Integrar porno gay y gore no es algo descabellado, más aún si se hace sin diálogo (para evitar lo que todos sabemos que pasa en el porno); y dando incluso significación física al acto sexual. Aquello problemático en el film es una intensidad que no sabemos interpretar: ¿pretende ser real? ¿Pretende hacernos reír? Esto acaba reduciendo la película al escándalo, un escándalo que -admitámoslo- nos encanta.

Recomendable en caso de:

- Buscar sexo con significado en pantalla.

- ¿Fan de actores porno que dan el salto a otros géneros? Prueba con esto.

- Ser adepto al gore; la sangre es casi un lenguaje a parte en esta película.

- Uno de nuestros usuarios, madd, nos la recomienda para una noche de Halloween gay. ¡Y lo cierto es que encaja perfectamente!

No recomendable en caso de:

- ¿Te mareas con una gotita de sangre? Mejor busca otra opción.

- Creer en héroes que nos salvan de los apocalipsis zombies.

- ¿Dónde está Mila Jovovich?

- Sentir pudor ante escenas de sexo explicito. Lo hay por doquier y de formas inimaginables.

ALL THE RAGE

¿De qué va?

Christopher Bedford es un hombre que lo tiene todo: trabajo perfecto, dinero, belleza y un cuerpo que le hace ser deseado por todos. Desinteresado en iniciar una relación, se dedica a practicar el sexo casual sin dudar en utilizar o dar falsas esperanzas a todo el que se le acerca. Su teoría es clara, el problema lo tiene quien se niega a leer las señales de rechazo que se dejan claras.
Sus amigos, empeñados en emparejarle, organizan una cena en la que conoce a Stewart, con quien logra encajar y comienza una relación seria sorprendiendo a su círculo más cercano. Sin embargo cuando un guapo usuario del gimnasio que frecuenta se lanza a por él, encontrará su propia relación a prueba.

¿Quién está detrás?

La segunda obra de Roland Tec y quizás una de las más polémicas. El director fue icono del movimiento de cine Queer de los 90 y ha ampliado sus creaciones al mundo de la ópera, el teatro, la pintura y, lógicamente, multitud de movimientos cívicos.

¿Quién sale?

Los protagonistas de esta historia, John-Michael Lander y David Vincent hicieron su única aparición en pantalla en esta película. Eso sí, aparecieron bien.

¿Qué es?

Vendría a ser una versión gay de “American psycho”, pero sin asesinatos ni nada, ¿eh?

¿Qué lo hace un guilty pleasure?

Ya hemos visto muchas veces este relato en pantalla. Aquello interesante del film es el tono de sátira con que Tec hace burla de ese universo paralelo en que los hombres homosexuales de Boston parecen desproveerse de emociones. Cuerpos esculturales, topicazos interpretativos y una historia de amor “puedo pero no quiero” hacen aquí que podamos reírnos de todo esto a carcajada limpia y ver qué hay detrás. Un gran guilty pleasure que fue capaz de seducir a la crítica a partir de escenas que relucen un maniqueísmo irónico, dulce y sexy.

Recomendable en caso de:

- Tener ganas de alegrarse la vista. No todo van a ser historias de amor, ¿no?

- Apetecerte de una comedia romántica sencilla, pero con un toque sórdido que, seamos realistas, mola.

- ¿Amigos que se parecen a Chris Bedford? La peli perfecta para intervenir la banalidad.

No recomendable en caso de:

- Estar cansado del argumento.

- Considerar lo sórdido como algo ofensivo (son saunas, pero ya se sabe).

- Haber estado expuesto a un periodo considerable de abstinencia sexual involuntaria.