De vez en cuando algún gurú de la economía ha de pontificar sobre las pensiones y repetir, a modo de mantra, la consabida ley por la que hay que reducir las prestaciones y alargar la vida laboral de las personas, que si no el sistema entra en déficit.
Si algo tienen en común estos gurús de la economía es el tener garantizadas para ellos unas pequeñas pensiones de privilegio, producto de contratos blindados en instituciones públicas o privadas que le garanticen que, haya déficit o no haya déficit, su nivel de ingresos no se va a ver mermado y que tampoco tienen gran necesidad de alargar su vida laboral salvo que quieran dedicarla a tener una vida sexual plena, esto es joder al personal desde algún púlpito político.
Y es que la lógica de este capitalismo se ha recuperado de esta crisis que ya dan por descontada a un ritmo de vértigo. Pasado el pánico que les entró por el desconocimiento sobre el tamaño del agujero negro de la banca y una vez rellenado este con el dinero público que haga falta, ya no hace falta ni refundar el capitalismo, ni moralizarle, ni acabar con los paraísos fiscales ni nada de nada de nada de lo que nos vendieron con grandes golpes de pecho y con rostro atribulado.
Y es por eso, porque los verdes brotes del futuro siguen siendo un paraíso del capitalismo desmoralizador y con ánimo de rapaz voraz que sabe que puede seguir contando con el dinero que haga falta para tapar sus cagadas, por lo que se atreven a proponer que si hay que trabajar más años, pues te jodes y de paso os vamos a meter por el agujero del sur una lógica capitalista en las relaciones laborales que os vais a acordar hasta de la madre del cordero.
Ah!, y en la Comisión de Estudios donde pontifica un rato el Sr. Rato también mora un tal Fidalgo, como muestra de que la izquierda quedó para museo y se estudiará en arqueología dentro de unos años, pues con un poquito de coherencia ya podía haber escrito que si hay dinero para los pufos de los banqueros, por las pensiones que no quede, oigan, que no quede…
Claro que, por mi parte, ver en Fidalgo a alguien de izquierdas tampoco es demasiado coherente. Prometo hacérmelo ver.