Thomas Hardy
En suma, Hardy construye una historia redonda, contada con un estilo descriptivo, ameno y erudito a la vez (son frecuentes las referencias a los filósofos idealistas alemanes, como Schopenhauer). Abundan las escenas de carga simbólica importante, como la coincidencia de tres mujeres con algo en común (Grace, Felice Charmond y Suke, una chica del pueblo) en una habitación, el paralelismo entre Grace y la señora Charmond al cuidar de dos heridos o el hecho de comenzar y terminar la novela con el mismo personaje (Marty) sin que este sea un protagonista. Por otra parte, Hardy es un escritor con un gran sentido del ritmo narrativo, por lo que transmite sus ideas buscando el disfrute del lector, maneja los hilos para crear intriga capítulo tras capítulo, fijando detalles que en algún momento cobrarán sentido. Los habitantes del bosque se convierte de este modo en un círculo cerrado, una obra en la que el destino de los individuos queda perfectamente delimitado en las manos del narrador, que deja bien claro su mensaje: por mucho que se luche por romper los límites preestablecidos, al final todo vuelve al sitio que le corresponde, aunque alguien tenga que pagarlo con su vida.