“Los herederos de la tierra” de Idelfonso Falcones fue el acontecimiento literario del año.Con su último libro nos invita a realizar un viaje en el tiempo, cuyo destino es la Barcelona gótica de finales del S. XIV y principios del XV.Hoy os cuento mis impresiones de una novela que, si bien tiene ciertos rasgos comunes con “La catedral del Mar”, es totalmente independiente. Se sufre, se maravilla, se aprende.
Ildefonso Falcones ha realizado una excelente labor de documentación que vemos plasmada en una perfecta ambientación histórica de los siglos XIV y XV. Como ya hizo en “La catedral del Mar”, Falcones, hace una recreación minuciosa de la sociedad barcelonesa de la época. Desde la expulsión de los judíos, la esclavitud, la compra y venta de la libertad de las personas –incluyendo a los cristianos-; pasando por el enfrentamiento entre la autoridad civil y eclesiástica que es otro de los focos a destacar de esta novela.Resulta frustrante, pero absorbente, el grado de injusticia al que los poderosos, los crueles y los supersticiosos sometían a gente que no tenían más opciones que sufrir tremendos pesares o sobrevivir a ellos a base de ingenio o alguna pizca de compasión ajena.De igual modo, también me ha sorprendido, el gran trasfondo religioso, ver como se imponen unas creencias sobre otras. Y una vez más podemos contemplar como las mayores abominaciones de la humanidad se originan precisamente a causa de la religión.Con respecto a esta novela histórica, asistimos a todo tipo de tramas y subtramas protagonizadas por personajes principales. En ella no falta: amor, desamor, violencia, viajes, alegrías y tristezas, tal y como debe ser una novela del género.En cuanto a “Los herederos de la tierra”me ha generado sentimientos encontrados: por una parte, una novela que se está vendiendo como la continuación de “La catedral del Mar”, pero que en mi humilde opinión, no es estrictamente así, hay una pequeña correlación en cuanto alguna escena aislada y el personaje principal. Que es el hijo del protagonista de su antecesora, pero su actuación es tan ligera que casi pasa desapercibida entre el maremágnum de páginas y acontecimientos que nos narra el autor. Por otro lado, aunque son muchos los temas que aborda la novela, en un periodo histórico interesante, trascurre en Barcelona, podríamos decir que mientras “La catedral del Mar” la trama gira en torno a la construcción del templo, en este caso, nos vamos a mover en el mundo del vino; un mundo que conoceremos en su sentido más amplio.
“Los herederos de la tierra”es una gran obra de documentación e historia de lo que acontecía en la Barcelona, y por tanto secundariamente en el Reino de Aragón y Castilla. De ahí que sea una novela cronológicamente lineal que va desde el año 1387 al 1423, con una trama interesante y un riguroso trasfondo histórico.Su ritmo es ágil, sencillo y directo, conjugando acontecimientos reales y ficticios. Ildefonso Falcones nos traslada a la Barcelona gótica con sus costumbres, su organización político-administrativa: consigue recrear el entorno con tal realismo, las iglesias y los conventos son elementos destacables en el libro, que parece que te encuentres allí entre el bullicio de sus calles, sumergido en los aromas y en los ruidos ambientales que había dentro de la ciudad, donde todo era anunciado a voz en grito contrastando con el aroma a tierra, a sarmiento y a mosto de la zona rural.Son tantos y tan variados los temas que se abordan en la novela que es imposible citarlos todos pero con destreza recurre a la sabia combinación de recursos narrativos, hace un fiel retrato de la ciudad en la época, donde asistiremos a cambio de reinado, pugnas de poder, sucesiones papales, numerosas batallas y conoceremos muy de cerca la vida monástica y el peso del clero en la sociedad de finales XIV y principio del XV.En contraste con todos los ingredientes mencionados la historia debería haber sido más que satisfactoria, sin embargo, me ha faltado un poco de garra, esa que te atrapa en una lectura que te invita más y más y cuya ausencia ha ralentizado por momentos mi lectura haciéndola un poco cuesta arriba en muchos capítulos. Donde el peso de los datos históricos me ha sacado de la trama.Hay muchos datos, algunos recreados y puestos magistralmente en la obra, mientras que otros chirrían demasiado, sin aparente sintonía en la obra cuyo único objetivo era perderse entre ellos. Evidentemente, es una apreciación personal, y no quiero decir con ellos que la historia no sea buena, que lo es y está bien escrita y documentada. Pero quizás esperaba más emoción, algo que sin embargo, sí he encontrado en el último tercio de la novela donde la trama se ha tornado en una lectura mucho más ágil, amena y aún sin tener un ritmo trepidante, sí que me ha resultado mucho más adictiva.Respecto a la trama en sí, considero que hay aspectos de la misma que no necesita tanto detalle cómo se les otorga y otros en los que me he quedado con ganas de saber más, echando en falta un mayor desarrollo. Lo más llamativo, y lo que hace que cueste más leer la novela, es la falta de dirección de la misma. Pasan cosas, pero sin un objetivo claro, la cual implica que el autor te mete escenas de relleno, muy largas, donde el ritmo baja muchísimo. Además, cómo se trata de casi toda la vida de Hugo, hay momentos en los que el libro sí me ha mantenido interesado, pero en otros me ha aburrido por el ritmo, a trama predecible y también a causa de los personajes. En este sentido, dudo, si es una historia que necesite tantas páginas, ya que “poco queda interesante y mucho desgasta”.
Aventuras, celos, traiciones, amistad o amor son algunos de los componentes que rodean a los protagonistas de esta novela. A pesar de ser una novela coral, todos los personajes están perfectamente construidos y el autor ha sabido dotarles de vida, hacerlos en ocasiones accesibles y reales.Son muchos los personajes que desfilan por una historia lineal que avanza cronológicamente hacia el presente y abarca unos cuarenta años en la vida de los protagonistas. Serán Hugo y su familia el hilo conductor de toda la trama, un hombre honesto que tendrá que sobrevivir en una ciudad que no es nada amable con los pobre. Junto a él, está Bernat –hijo de Arnau Español- que tendrá un papel importante y que aportará mucho interés a la trama. Barcha, una esclava negra, es el personaje femenino que ha logrado conquistarme por completo; una mujer llena de fuerza y vitalidad que se irá colando en la mente del lector poco a poco.Frente a ellos, un elenco mucho más amplio donde los judíos tendrán un gran protagonismo y ocuparán una de las dos partes que me ha resultado más interesante de esta trama, donde el autor no ha escatimado en detalles para contarnos la persecución tan brutal a que fueron sometidos.
“Los herederos de la tierra”es una novela de ficción histórica, de superación personal donde convergen la ambición, las pasiones, las venganzas, las intrigas de poder, el sufrimiento, el engaño y la amistad. Así que, admito que estaba deseando terminar la novela y averiguar todos los secretos que todavía quedaban guardados entre las páginas.Una gran obra de Falcones, aunque personalmente considero que no supera a su predecesora “La catedral del Mar”.Un novelón muy esperado aunque le sobran ciertos detalles y algunas centenares de páginas, me reitero con lo dicho anteriormente: “Poco queda interesante y mucho desgasta”. Nada de lo expuesto hasta aquí nos va hacer obviar que ha sido la novela del año.