Y es que este mes no nos ofrece más que tristezas este año, especialmente con un nombre, Julen, como tristeza de las tristezas, y su fatal desenlace. ¡Descanse en paz!
Y mientras, nosotros, el españolito de a pie, imitándose a sí mismo, siendo los más listos, especialmente a toro pasado, los más honestos, pero que no nos pongan las cosas fáciles para trincar... que solo se equivocan los demás. Ni aprendemos de nuestros errores, ni aprenderemos jamás. Quizás, porque en nuestro ADN no está el concepto de "equivocarse". Y cada vez más, especialmente con las llamadas nuevas tecnologías, aplicamos los "cinco minutos de gloria" a cualquier cosa.
"El yo estaba allí", o "yo lo dije primero" rige nuestros días. Queremos ser los primeros en todo, eso sí, y una vez más recordar que sólo se equivocan los demás, que son tristemente imperfectos. Nosotros, los héroes de nuestro cuento, nunca nos equivocamos. Es más, no comprendemos como los demás tienen la mira tan pequeña.
*ILUSTRACIÓN: DE LA RED