El orgullo de ser arriero Sin embargo –concluye Brantz Mayer-, esta persona es a menudo pobre, sin fianza ni garantías -sin nada más que su nombre justo y supalabra sin romper-. Cuando se le pregunta si se puede confiar en su gente, él regresa la mirada con una expresión sorprendida, y golpeando su pecho y su cabeza con un desprecio orgulloso de que se cuestione su honor, exclama: "Soy José María, señor, por veinte años Arriero de México. ¡Todo el mundo me conoce!" Obra consultada: Mexico as it was and as it is. Brantz Mayer. 1844.
El orgullo de ser arriero Sin embargo –concluye Brantz Mayer-, esta persona es a menudo pobre, sin fianza ni garantías -sin nada más que su nombre justo y supalabra sin romper-. Cuando se le pregunta si se puede confiar en su gente, él regresa la mirada con una expresión sorprendida, y golpeando su pecho y su cabeza con un desprecio orgulloso de que se cuestione su honor, exclama: "Soy José María, señor, por veinte años Arriero de México. ¡Todo el mundo me conoce!" Obra consultada: Mexico as it was and as it is. Brantz Mayer. 1844.