Los Hijos de Ahiris - Jenny-Mai Nuyen

Publicado el 12 noviembre 2010 por Rusta @RustaDevoradora
Editorial: Montena
Páginas: 527
ISBN: 9788484415541
Precio: 19,95€
Los hijos de Ahiris es una novela juvenil que me llamó la atención desde que se anunció su lanzamiento, allá por los meses de verano. Desde hace un tiempo, los libros de este género se han convertido en una parte importante de mis lecturas, de modo que no tengo prejuicios hacia ellos y sé por experiencia que pueden hacerme disfrutar tanto o más que la narrativa para adultos. He descubierto que los temas fantásticos tienen la capacidad de hacerme soñar, además de entretenerme muchísimo (cuando el libro es bueno, claro está). En el caso particular de Los hijos de Ahiris, como comentaré más abajo no se corresponde a la típica historieta romántica que está tan de moda, lo que para mí le aporta un plus en interés.

Jenny-Mai Nuyen

Jenny-Mai Nuyen (Múnich, 1988) es una joven autora alemana de literatura juvenil fantástica. Vive a caballo entre su tierra natal, Nueva York y Florencia, y entre sus favoritos se encuentran Tolkien y Paolini, entre otros. Publicó su primera novela a los dieciséis años y obtuvo tal éxito que se colocó en los puestos de libros más vendidos de su país y ha sido traducida a varios idiomas. Hasta el momento ha publicado seis libros y dos de ellos —los primeros— los tenemos traducidos al castellano: Niyura: La corona de los elfos (Alfaguara, 2008) y Los hijos de Ahiris (Montena, 2010). Yo he descubierto su obra con este último, aunque tengo la intención de conseguir Niyura y espero que sigan traduciendo los libros de esta escritora. Los hijos de Ahiris no me ha parecido un libro perfecto; no obstante, los fallos que se le pueden encontrar son propios del escritor novato, de modo que estoy segura de que Nuyen mejorará con el tiempo.

Los hijos de Ahiris

La novela está ambientada en un mundo imaginario en el que hay dos reinos enfrentados: Haradon y Myrdhan. En medio de ellos se encuentra Awrahell, la tierra donde hasta ahora convivían humanos y elfos. No obstante, toman partido por Haradon, que se alza con la victoria y con ello pone en peligro la existencia de los elfos y de sus criaturas más queridas: los dragones.

Alasar es un niño myrdhano de once años que se alza como líder de su pueblo cuando éste se ve atacado en medio de la guerra. Todos los supervivientes se refugian en unas cuevas y preparan su venganza, se llaman a sí mismos los niños de las cuevas. Sin padres y con pocos adultos para marcarles el camino, estos muchachos deben mostrar una gran fortaleza para seguir adelante y desde el comienzo se presentan como personajes entrañables. Aun así, Alasar tiene muy presente la pérdida de sus seres queridos y no olvida el momento en que tuvo que huir, por lo que sigue decidido a plantar cara a quien haga falta.

Revyn, por su parte, es un joven haradono que ha tenido problemas familiares y de pronto se ve involucrado en la guerra, aunque a él el tema no le interese lo más mínimo. Él es el encargado de criar a los dragones y pronto descubre que posee una extraña habilidad: puede hablar con los dragones y tranquilizarlos. Esto tiene sus pros y sus contras: le ayuda a comprender mejor a estos animales, pero lo convierte en una pieza única para los avariciosos que deseen domar dragones para lograr sus objetivos. En medio de los dos se encuentra la princesa Ardhes de Awrahell, hija de una humana y un elfo. Su madre, la reina, es una mujer dominante que desprecia los elfos y no tendría ningún problema en borrarlos del mapa. Sin embargo, la joven no opina como ella y se acerca a su padre para que le enseñe sus trucos de magia. Así, descubre que su destino la llevará a amar a uno de los dos hijos de Ahiris (algo así como hijos del Destino, en referencia a Alasar y Revyn), pero cuidado: las predicciones no siempre son como parecen.

Fantasía épica

Me inicié en el mundo de la literatura fantástica con Crepúsculo y demás historias románticas que para los amantes de la fantasía pura y dura son un atentado a la calidad del mercado. Aun así, con el tiempo me he animado a descubrir la fantasía épica y hasta el momento he leído dos libros pertenecientes al género: El nombre del viento de Patrick Rothfuss, que me pareció una maravilla, y Graceling de Kristin Cashore, una novela juvenil que en mi opinión podría haber dado más de sí. El caso es que me quedé con ganas de leer más cosas de este estilo y fue así como llegué a Los hijos de Ahiris. Seguramente no es tan bueno como Canción de hielo y fuego y otras sagas más conocidas, pero para los novatos como yo me parece una buena opción para adentrarse en este universo.

En mi opinión, la ambientación de Los hijos de Ahiris está bastante lograda. Te traslada a los distintos escenarios y enseguida te haces una imagen mental de cada uno de ellos: las cuevas oscuras y tristes de los niños, el bosque y la niebla de los dragones, el castillo de la princesa, etc. Los temas mágicos están bien relacionados con todo lo demás y se entienden sin problemas. En general, no se puede decir que la recreación sea original porque hay miles historias de corte similar, pero la autora ha hecho un buen trabajo para introducir su historia en este contexto.

Por otra parte, tengo que reconocer que los dragones nunca me han inspirado simpatía y esta novela ha conseguido algo que me parecía imposible en mí: ha logrado que sienta cariño hacia estos animales. Me gusta la ternura y la inocencia con la que Nuyen habla de ellos, los presenta como seres poderosos pero vulnerables, que han sido injustamente domesticados por los humanos (ahí hay un punto de crítica por encerrar a animales que estarían mejor libres). Muchas de las imágenes que se me han quedado grabadas tras la lectura están protagonizadas por ellos: Revyn acariciando a su dragón, Yelanah poniéndose en peligro para liberarlos, el grupo de dragones en la niebla, etc.

Pros

- La novela plantea temas interesantes: la guerra (en algunos momentos me ha recordado a Sinsajo, aunque son libros muy diferentes), el proceso de madurez de los personajes, el amor por los animales y el daño que les hacemos los humanos, los miedos y el peso del pasado en nuestras vidas. No puedo decir que sea una novela que reúne entretenimiento e ideas para pensar porque no llega a tanto, pero en su historia se dejan caer buenas cositas y todo ello la convierte en una lectura muy agradable.

- La historia es, ante todo, bonita. No pasará a la historia del género fantástico ni impactará a los lectores, pero desprende ternura y se lee con gusto. Hay muchos sentimientos en ella: amor, ira, temor, deseo de venganza, etc. No esperéis una novela romántica porque aquí esa trama es bastante secundaria, pero sí que encontraréis dosis de amor de otro tipo: amor a los animales, amor a un hermano, amor a un amigo, etc. Lo dicho: una historia bonita. Además, aunque no sea original, tiene poco que ver con lo que se publica últimamente y eso también es un punto a su favor:

- El libro narra muchas aventuras y sus más de quinientas páginas sirven como entretenimiento durante bastantes días. Mientras lo lees tienes la sensación de pasar por distintas fases, pues hay un cambio drástico cuando pasamos de las cuevas de Alasar a los dragones de Revyn. Aun así, es una novela autoconclusiva, de modo que tiene muchísimo mérito que la autora haya contado tantas cosas en un solo volumen (y se agradece, porque no sé cuántas sagas tengo empezadas ya).

- Los personajes están bastante bien caracterizados. No llegan al punto de dejarte huella, pero se les quiere durante la lectura y es de agradecer que aparezcan unos cuantos con cierto peso y la historia no se limite al eterno triángulo. Además de los protagonistas, merecen una mención la hermana de Alasar y el mejor amigo de éste, dos personajes entrañables, y la chica domadora de dragones que trabaja junto a Revyn, también muy especial.

- El estilo es ameno y fácil de leer, como suele ser habitual en la literatura juvenil. Me enganchó desde el principio pero es un libro para saborear con cierta calma, no tiene un ritmo trepidante como Los Juegos del Hambre o Rojo feroz. Me apuesto lo que queráis que recibirá críticas por aburrido y lento; a veces tengo la sensación de que muchos lectores de libros juveniles sólo buscan lecturas absorbentes y son incapaces de valorar las buenas historias que requieren un poco más de calma.

- La nota final de la autora. Nunca hago mención a este tipo de cosas, pero en este caso me gustó mucho leer las intenciones de una Jenny-Mai Nuyen de diecinueve años, la edad que tenía cuando publicó esta novela. Me parece interesante conocer los propósitos de un autor al escribir un libro, y en este caso también comenta cómo le afectó el éxito a los dieciséis años. Es un texto breve, no esperéis una gran reflexión, pero es un detalle que me gustó.

Contras

- La estructura es bastante mejorable. A grandes rasgos, las primeras cien páginas están dedicadas a Alasar y Ardhes, posteriormente se habla de Revyn en casi toda la novela y al final vuelven a aparecer los dos primeros. No me ha gustado esta organización porque cuando Alasar vuelve a aparecer no tenía su historia tan fresca y me costó un poco volver a familiarizarme con sus cosas. Habría sido mejor alternar los capítulos de los dos protagonistas, aunque eso implicara hacer cambios en las fechas y las edades para encajarlo todo.

- Las últimas cien páginas se me hicieron bastante pesadas y creo que ahí se podría haber recortado un poco. No creo que el libro entero se pueda tachar de aburrido, pero un poco más de agilidad para la traca final no habría venido mal, aunque también puede ser una impresión subjetiva por el momento en que lo leí, a saber.

- Esto no es un inconveniente para mí, pero pienso que quizá a los aficionados al género esta historia les sabrá a poco porque, aunque es bonita, al pertenecer al género juvenil es bastante más light que El nombre del viento, por citar el único libro de fantasía para todos los públicos que he leído. Yo creo que Los hijos de Ahiris puede gustar a gente de todas las edades, pero hay que leerlo teniendo en cuenta que de entrada está recomendado para un público más joven.

Aun así, no debemos olvidar que la autora es joven y esta fue su segunda novela, así que tiene tiempo de sobra para mejorar (y seguramente ya ha mejorado con las novelas que publicó después de esta). Según mis cálculos, escribió este libro con diecisiete o dieciocho años, y sinceramente, escribir más de 500 páginas a esa edad me parece una barbaridad (y creo que la primera es de una extensión similar y la publicó con 16 añitos, así que imaginad), independientemente del resultado. Sé que nunca hablo de la edad de los escritores ni tengo en cuenta este dato a la hora de valorar sus obras, pero en este caso me parece justo y conveniente hacerlo: con lo joven que era cuando la escribió, la novela es maravillosa. Sin tener este punto en cuenta, es un libro bonito pero mejorable en algunas cosas. En definitiva, si sigue por este camino seguro que nos dará muchas alegrías (y esperemos que en España nos permitan disfrutarlas).

Conclusión

¿Quieres perderte en un mundo de humanos, elfos y dragones, de la mano de unos protagonistas poderosos y un mundo mágico que invita a soñar? Los hijos de Ahiris es una novela de fantasía épica repleta de aventuras que rebosa ternura y amor por los animales, entre otras muchas cosas. Una historia sencilla y sin pretensiones capaz de llegar al lector y sacarnos una sonrisa en los momentos más entrañables. No se convertirá en un clásico de la literatura juvenil porque también tiene algunas carencias, pero si os gustan estos temas estoy segura de que os proporcionará una lectura agradable y amena. Por mi parte, lo recomiendo.

Mi valoración: 7/10