Lo que menos me gusta en política es la falta de coherencia y los incumplimientos.La plantilla de Tussam lleva varios meses, quizás demasiados, sufriéndolos en sus propias carnes y, lo que es peor, en las de sus familias. Las dificultades para el abono de la nómina del mes en curso no se acaban de superar y no hay mes en el que cobrar por el trabajo que has realizado te sale incluso más caro de lo habitual.
No cobrar la nómina en su día supone para la gran mayoría de trabajadores de la empresa municipal de transportes urbanos una larga serie de molestias y de gastos no previstos al tener que retrasar obligatoriamente los pagos concertados con los bancos. Esto ya ha sucedido demasiadas veces y cada vez son más las voces que levantan sus quejas por tener que asumir costes de los que no son responsables. La cosa no está como para dispendios.
Pero lo que ha sucedido con la nómina de diciembre, dadas las fechas en las que nos encontramos, es todavía peor. En principio fue la propia empresa la que informó en un comunicado que no se cobraría el salario como mínimo hasta el día 3 de enero. Hoy se ha sabido por uno de los sindicatos con representación en la empresa que no se cobrará al menos hasta el martes 10 de enero.
El problema, el de siempre; falta de liquidez. Y eso que Zoido se comprometió y no se cansó de repetir durante la campaña electoral que con él como Alcalde esos problemas se solucionarían, que las transferencias estaban presupuestadas y el dinero tenía que estar sí o sí. Más de seis meses después de su toma de posesión como regidor de la ciudad la cosa sigue igual. Cada final de mes rezamos para que la nómina llegue a tiempoy eso ocurre cada vez con menor frecuencia.
Está muy bien cumplir con la promesa electoral de devolver el bonobús gratuito de la tercera edad a todos los mayores de 65 de Sevilla con independencia de su renta, como incrementar la regularidad de las líneas y prolongar el recorrido de varias de ellas hasta penetrar en el corazón del caso histórico de la ciudad. Ello significa un compromiso con el servicio que presta esta empresa a los ciudadanos que ya está empezando a ver sus frutos en los datos que se están obteniendo.
La plantilla está totalmente involucrada en el objetivo común de hacer viable a la compañía sin desmerecer la calidad del servicio que se presta a la ciudad. Lo demuestra cada día desempeñando con profesionalidad y rigor el trabajo que tiene encomendado. Ahí están los resultados, reconocidos por el propio Ayuntamiento, y las palabras de gratitud de la dirección por la comprensión y el constante ánimo recibidos de los trabajadores en aras a conseguir el objetivo. No hay comunicado de la empresa al respecto en el que no se incluyan palabras de agradecimiento por el constante apoyo recibido por parte de los trabajadores. Pero las palabras no ayudan a pagar las facturas.
La reiteración sistemática en este tipo de problemas exige que el Alcalde de la ciudad tome directamente las riendas de este asunto y no pare hasta solucionarlo de una vez. Juan Ignacio Zoido debe asumir como una prioridad de primer orden el problema de la nómina de Tussam y poner todo el empeño en que este problema no se vuelva a repetir. Y ha de hacerlo en serio y de una manera definitiva, porque tendrá detrás a cerca de 1.500 familias empujándole y animándole a ello. Esta incertidumbre no se puede instalar en el ánimo de quienes no ponen reparos a la hora de cumplir con sus compromisos laborales sin importarle las dificultades.
No es de recibo que mañana, mientras cientos de miles de familias sevillanas se lanzarán a las calles a disfrutar de la cabalgata de reyes y de una noche de ilusión para los suyos con los autobuses urbanos dispuestos a traerles y llevarles a cualquier parte de la ciudad, lo hijos de quienes trabajan en la empresa que lo hace posible tengan que mandar su carta de Reyes Magos a Urdangarín, porque a sus padres no se les ha abonado la nómina a tiempo.