Los hijos de Ogaiz - Toti Martínez de Lezea

Publicado el 24 enero 2011 por Rusta @RustaDevoradora
Editorial: Maeva
Páginas: 352
ISBN: 9788496748262
Precio: 10€
Los Ogaiz Esta novela está protagonizada por varias familias. La primera de ellas son los Ogaiz, que viven en las tierras de Lizarra y les gusta vivir acorde con sus tradiciones en lugar de intentar escalar puestos en la sociedad. Tenemos a los padres, Semeno y Oneka, el primero de los cuales será colgado nada más empezar la novela, dejando a su mujer viuda y a sus tres hijos medio huérfanos. Este acontecimiento, que no voy a revelar por qué se da, desencadenará toda la historia. La familia se rompe y separan a todos sus miembros.

Por un lado, tenemos a Oneka, la madre, y Ane, su hija. Las dos serán llevadas en calidad de sirvientas a casa de una pañera de buena posición de la ciudad de Estella. Para Oneka, esto supondrá una humillación muy grande: toda la vida viviendo por sí misma y para los suyos, y ahora Oneka tiene que obedecer a una mujer que además no las tiene en muy buena consideración. En la novela los años pasan, y cuando la pequeña Ane ya es adolescente, se enamora de Roger, el hijo de la pañera, con todos los problemas que su relación conlleva porque pertenecen a clases sociales distintas. Esto, por supuesto, no gustará a la pañera, que no tendrá problema en complicar la existencia de las dos mujeres Ogaiz, una vez más.

Volviendo al tema de la separación de la familia Ogaiz, por otra parte tenemos al hijo mayor, Orti, que tiene bastante protagonismo en la novela. No estaba en casa en el momento que mataron a su padre y cogieron a su madre y hermanos, por lo que pudo huir. En su huida conoce a un judío, Daniel, que en pocos días también se verá sin familia y ambos emprenderán un camino que les llevará a la venganza hacia aquellos que destruyeron sus familias. En el caso de Orti, además, intentará ponerse en contacto con su madre y recuperar a sus hermanos.

Finalmente, tenemos al pequeño Lucas, el hijo menor de los Ogaiz, apenas un bebé. Cuando suceden estos acontecimientos es dado en adopción, de manera que será muy difícil volver a dar con él.

A pesar de que en todo momento he tenido la sensación de que la autora quería darle un mayor protagonismo a Orti, de la familia Ogaiz yo destaco más a Oneka, su madre. Me encanta la evolución de esta mujer en todas las fases por las que pasa aquí. Luchadora, fuerte incluso cuando es humillada, con un amor incondicional por sus hijos… Con Toti suelo apreciar que sus personajes son un poco simples (o muy buenos o muy malos, sin muchos matices), pero en esta ocasión hay un par que me han gustado más que el resto, y uno de ellos es Oneka. No os quiero decir nada más sobre ella para no chafaros la historia, pero todo el proceso por el que pasa es muy interesante y a mi parecer muy creíble.

Los Bertolín

Los Bertolín son el polo opuesto a los Ogaiz. Son comerciantes establecidos en Estella, se encuentran en una posición cómoda y son personas distinguidas en la ciudad. En otras palabras, que no viven apartados y entregados a la tradición como los de Lizarra. Es en casa de los Bertolín donde tendrán que trabajar Oneka y su hija Ane. El personaje más destacado de esta familia es Aldonza, la mujer y madre.

El marido de Aldonza es un hombre muy tranquilo que hace todo lo que le manda su mujer. Aldonza es quien lleva los pantalones en casa de los Bertolín y, a pesar de no tener un origen tan privilegiado como su marido, es mucho más ambiciosa que él. No le importa utilizar malas artes para que su familia llegue a lo más alto, no se conforma con que su negocio de paños funcione bien. Cuando Oneka empieza a trabajar para ella, Aldonza disfruta viéndola obedecer porque sabe que es una mujer fuerte que en otras condiciones jamás le haría caso ni la miraría con la admiración de la gente de la ciudad, se regodea de la humillación que sufre la de Lizarra.

Los Bertolín tienen dos hijos: Roger y Blanca. Roger es el mayor, y ha heredado el carácter de su madre, aunque no es tan inteligente como ella. También anhela el poder y llegar lejos, por eso sigue los consejos de su madre y no le importa hacer daño a las personas con tal de conseguir sus propósitos. Se enamora de Ane, la criada e hija de Oneka, pero su madre tiene otros planes para él. Blanca es parecida a su padre, buena y de carácter tranquilo. Su madre la maneja a su antojo, pero Blanca no es tonta y se da cuenta de las cosas, así que en algún momento tendrá que reventar.

A pesar de ser una de las malas de esta novela, mi personaje favorito es Aldonza. Sin duda es el más elaborado de todos, con más matices y una evolución excelente. Si el título de la novela no me acaba de convencer es sobre todo por ella, porque a mi parecer tienen tanto protagonismo los Ogaiz como los Bertolín. Me ha encantado ver esa maldad de Aldonza hacia sus criadas y esa ambición por el poder, en contraste con la admiración y el respeto que siente la gente de la calle por ella. Su rivalidad con Oneka está siempre presente, y la autora sabe plasmar perfectamente la tensión del ambiente. Para mí es una de las grandes bazas de este libro, aunque al lector que busque más acción seguramente disfrutará más con las aventuras de Orti y Daniel buscando a su familia. Aun así, lo mejor de todo es la evolución del personaje, el ver que con el paso de los años, a pesar de todo el daño que ha hecho, he llegado a sentir pena por ella.

Los judíos

Están en un segundo plano, pero me gusta que la autora no se haya centrado únicamente en dos familias navarras y haya hablado también de otro de los "problemas" de la época. El personaje que destaca entre ellos es Daniel, el amigo de Orti, que se quedará sin familia en un ataque a la judería y durante años se preparará para la venganza hacia aquél que provocó el ataque. Daniel siempre está al lado de Orti, el supuesto protagonista de la novela, pero más que parecerme un secundón, me ha gustado más que su amigo. Daniel es un hombre más tranquilo, nada violento, inteligente y capaz de idear planes para hacer daño donde más les duele a aquellos que destrozaron a su familia. Me ha caído muy bien, de los personajes masculinos es mi favorito.

Daniel, siguiendo el oficio de su padre y el de muchos judíos, es argentero, y ya de entrada os digo que este hecho no va a ser una mera anécdota. En esta novela todo está perfectamente estudiado, todo encaja, nada sobra y nada falta. Si se pone énfasis en algún detalle, es porque acabará teniendo importancia en algún momento.

Ambientación histórica: primera mitad del siglo XIV, Navarra

La mayoría de novelas de Toti tienen una ambientación similar: la Edad Media en el País Vasco o Navarra. Creo que la Edad Media es un periodo histórico con mucho tirón en la literatura y, aunque hay excepciones, casi todas las personas que conozco amantes de este género tienen preferencia por esta época que por las anteriores o posteriores. Yo no sabría posicionarme porque he leído muy poco de las épocas anteriores a la Edad Media, pero que ésta me gusta lo tengo clarísimo.

En concreto, la novela se sitúa en Navarra y en la primera mitad del siglo XIV. Como siempre, las novelas de esta autora son muy instructivas y te hacen aprender cosas sobre la historia de manera muy amena. Esta vez nos presenta el conflicto entre dos familias: los Ogaiz y los Bertolín, que ya os he comentado. Hasta ahora no había encontrado una rivalidad de este tipo en las novelas de Toti así que, una vez más, la autora me sorprende. Desconocía que los habitantes de un territorio vivieran de manera más tradicional que otros y que su manera de pensar les causara problemas. Dicho así parece algo parecido al paganismo de los pueblos montañeses (El verdugo de Dios), pero ahora los tiros no van por temas de religión.

Además, me gusta que la novela no se centre solamente en esta historia sino que sea mucho más compleja: la autora también incluye el tema de los judíos, los disgustos causados por el cambio de rey, la situación política, etc. El argumento principal sigue siendo la rivalidad entre ambas familias y el deseo de venganza, pero me gusta que su historia no esté aislada y también se vean afectados por la situación del país. Creo que es algo que da mucho valor a una novela, la hace más creíble.

El libro en sí Como ocurre siempre con esta autora, la novela es muy amena y fácil de leer. Tiene más narración que diálogo, pero el lenguaje sencillo hace que no resulte pesado de leer en ningún momento. Éste es uno de los puntos a favor de Martínez de Lezea: sabe retratar una época historia y enseñarnos sobre ella de manera muy amena. Además, logra que te metas de lleno en la historia y te sientas como si fueras un personaje más, no parece un resumen de los hechos como ocurre con otros autores. Se puede decir que Toti sabe novelar y profundizar donde hace falta para obtener un buen libro como resultado.

En lo que se refiere al contenido, es de admirar la cantidad de historias que suceden y lo bien entrelazadas que están todas ellas. Ningún personaje aparece en vano y cada uno tiene su papel. El libro me enganchó y me tuvo atrapada hasta el final, nunca se acaban los acontecimientos, hay acción constantemente y su historia no es en absoluto simple. Creo que, de Toti, es de los libros que más acción tiene. Me recuerda un poco a La calle de la judería en este aspecto, pero a diferencia de ésta, Los hijos de Ogaiz no es una saga familiar, sino que todos los acontecimientos se centran en una sola generación de personajes, que me parece una ventaja, porque ya comenté en La calle de la judería que a pesar de las numerosas acciones que se sucedían era difícil llegar a profundizar en los personajes si continuamente pasaban las generaciones y los protagonistas cambiaban. Para que os hagáis una idea de todas las historias que contiene, el libro sólo tiene 350 páginas pero al terminarlo me sentí como si hubiera leído uno de más de 700.

Pero no os penséis que por tener mucha acción el libro pierde en sentimientos, porque estos están siempre presentes en todas las historias. Aquí hay de todo, y nada deja indiferente al lector: amor (entre Ane y Roger, entre otros), odio (entre las dos mujeres, Oneka y Aldonza, y hacia aquellos que destrozaron la familia de Orti y de Daniel), deseo de venganza (por parte de Orti y Daniel), ambición (de Aldonza y su hijo), amor a la familia (de todos los Ogaiz que desean reencontrarse), bondad y valentía (del personaje de Blanca, si lo leéis entenderéis el porqué), etc. Los personajes dan muchísimo de sí en esta novela. Como ya he dicho antes, tengo un especial cariño por Aldonza y Oneka.

A pesar de todo, el libro también tiene algunos peros. Para empezar, al principio me costó un poco cogerle el ritmo: hasta la página 50, más o menos, no me enganchó. Aun así, a partir de ahí mejora conforme avanza la historia. Se convierte en una novela con mucho ritmo que no se puede soltar. En esto me recuerda a El verdugo de Dios, otra novela de Toti que al principio costó un poco que me enganchara y después cada vez era mejor.

Otro pequeño problema que se debe mucho a mi visión personal (para otras personas puede que esto no resulte un inconveniente), es la manía de la autora de hacer continuos flash-backs para explicar algunas escenas que podrían narrarse en presente sin problemas. Me cuesta un poco explicarlo, así que os pondré un ejemplo del libro: Orti y Daniel van siempre juntos, en cierto momento se separan para llevar a cabo planes diferentes, y acuerdan encontrarse después de haberlos hecho. A partir de ahí, se nos narra lo que hace Orti hasta que vuelve a encontrarse con Daniel. En ese momento, conocemos también los resultados de lo que ha hecho Daniel, y para entenderlos se hace el salto al pasado cercano para relatar todo lo que hizo él en ausencia de su amigo. Y así con todo el libro y con diferentes personajes. Yo sinceramente prefiero que antes de saber el resultado me cuenten la historia. Con el ejemplo que he puesto, aún puede pasar, pero a veces se hace con temas importantes que le dan un giro completo a la historia, y da un poco de rabia que te lo digan antes de que te lo expliquen.
Conclusión La humillación de una mujer, un amor que lucha contra la diferencia de clases, la ilusión de un joven por recuperar a su familia, el deseo de venganza, la ambición por el poder… Todo esto y más encontraréis en este libro, que apenas ocupa 350 páginas en la edición de bolsillo de Maeva. Por mi parte, está más que recomendado. A pesar de no ser un libro de diez, es sumamente entretenido e instructivo, y con toda la acción y las historias que se suceden no lo podrás soltar. Los personajes son muy interesantes, en especial las dos madres, que viven en una tensión permanente y me parece uno de los ambientes mejor plasmados en el libro. Las acciones que llevan a la venganza tampoco desmerecen; incluso para aquellos que normalmente aborrezcan la novela histórica esta les resultará entretenida. Os invito a leer esta novela, y sobre todo a conocer la obra de esta autora maravillosa.
Mi valoración: 8/10