Revista Cultura y Ocio

'Los hijos del caballo' -Ana B. Nieto, primeras páginas

Publicado el 13 enero 2015 por Descubreirlanda @EUnapoleonica
'Los hijos del caballo' -Ana B. Nieto, primeras páginas"Su nombre procedía de Alba, de la misma tierra que él ahora pisaba, y significaba Huella Blanca.
Se decía que, por donde ella caminara, las flores blancas crecían a su paso. La sonrisa de Olwen, que era contagiosa. Su voluntad de curar los ánimos adversos.
Era la misma tarde en que Ciarán había cumplido los diez años y se había marchado a celebrarlo, él solo, a la parte baja del río. Las brumas, en el cielo, se cerraban lentamente en torno a las cimas de las montañas.
Tendían sus brazos formando un círculo perfecto, como si nunca se hubieran desgajado. El verde de la tierra se mostraba misteriosamente vivo, como si una magia antigua, subterránea, lo preservara así. Cabalgaba sin bridas y era la primera vez que lo había sentido: que podía formar uno con el caballo, que podía fundirse con el mundo.
Olwen estaba allí, junto al río, sentada en una piedra tan grande como ella misma y, al verle llegar al galope, saltó y le esperó en el agua. Él fue disminuyendo el brío de Cuchillo para ir a su encuentro, salpicando a un lado y al otro del camino.
Tenía solo diez años y ella ocho, pero aquella era su imagen más clara de lo que era un hogar. Ella estaba allí, esperándole, en mitad del río. El olor de la Llanura, del que ya no quedaba el miedo o la desconfianza, sino tan solo el abrazo de Olwen, que había ido a buscarle."
Fuente: - "'Los hijos del caballo'" -Ana B. Nieto. Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook

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