Algunos países, entre ellos Italia, Francia y recientemente Argentina, han logrado sacudirse el dominio de las izquierdas y apuestan por otras vías menos hipócritas, corruptas e injustas. En Italia y Francia casi han desaparecido sus viejos y poderosos partidos socialistas, infectados de corrupción, mientras que Argentina acaba de sacudirse el peronismo corrupto y sucio con la revolución liberal de Milei.
Pero en la mayoría de los países que la izquierda gobierna es imposible librarse de la tiranía porque esos partidos se convierten en mafias armadas hasta los dientes, dispuestas a reprimir, torturar y matar para mantener en el poder. Es lo que ocurre en Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, Venezuela y oros estados podridos por la violencia y el vicio.
En todos ellos, la corrupción de las izquierdas gobernantes es impresionante e incluye no sólo el robo de dinero, sino la estafa a los ciudadanos, la mentira, la compra de voluntades, la manipulación de la Justicia, el expolio fiscal, el dominio de la información, el despilfarro y otros vicios y lacras.
El comunismo, contrariamente a lo que dice la propaganda marxista, es cosa de ricos. El Che Guevara jugaba al golf, Picasso era millonario, Alberti fue un señorito andaluz y Mao se comportaba como un mandarín. Uno de los hombres más rico del mundo (Bill Gates) se confiesa de izquierdas y en España, Jesús de Polanco, uno de los seres más ricos del país, apoyaba con su poder a los socialistas.
Eso de que la izquierda es consustancial a la pobreza es una idea de curas porque la verdad es que en el socialismo los pobres sólo son el pueblo, mientras que los dirigentes y cargos se hacen millonarios.
La derecha fue inventada por los curas y la izquierda por los aristócratas y los multimillonarios del mundo, que fueron los que financiaron la revolución bolchevique de Lenin.
La más sólida prueba de la maldad del socialismo es que los grandes poderes ocultos del planeta, aquellos que quieren imponer una tiranía única a escala mundial, están sosteniendo y promoviendo el socialismo en todo el globo y sueñan con un gobierno calcado del actual de China: nula libertad para el ciudadano, nada de votaciones ni democracia y el comunismo en el poder, pero adicto al capitalismo y a los negocios.
La izquierda marxista es la mayor estafa del mundo presente y quizás la peor pesadilla de la raza humana.
Francisco Rubiales