Los hijos siempre nos sorprenden (Entrada Iron Blogger)

Por Angymamidetres @Angymamidetres

Cuando nuestros hijos son pequeños, nos imaginamos qué querrán ser o qué decidirán ser de mayores. La mayoría de ellos nos dicen "veterinario","médico", "policía"...Pero sólo el tiempo podrá formales lo suficiente para que sean capaces de tomar la decisión correcta, eso sí, debemos tener claro que son ellos mismos los que deben tomarla. Los padres podemos aconsejarles y guiarles, pero, por favor, dejemos de exigirles lo que deben o no estudiar, quizás por nuestras propias vocaciones frustradas reflejadas en ellos.
Pero, no cabe duda de que, si deciden estudiar o acercarse a lo que uno es, a lo que llevas dentro, a tu propia vocación, te hacen tan grande como el amor que sientes por ellos.
Hace 9 meses mi hija no sabía cómo seguir estudiando, iba a terminar la ESO y se angustiaba mucho, porque nos decía que no le gustaba nada de lo que veía y, lo que más se asemejaba (atención socio-sanitaria) a lo que le gustaba, no existía en Grado Medio.
Mi hijo mediano dice que será, o forense o carnicero (ay, es que me da mucha risa, porque, al fin y al cabo, son profesiones parecidas, no?), lo de forense lo ha sacado viendo, según comenta "Anatomía de Grey" y, carnicero, pues como su padre, que, sea como sea, él lo admira.
Yo le he dicho que estaría bien forense, pero por el simple hecho de que es una carrera y tiene más posibilidades laborales, pero que, la profesión de carnicero es también buena si él lo desease así.
El motivo de esta entrada es gritar a los cuatro vientos que hoy, 25/09/2013, vamos a encargarle a mi hija su primer pijama como auxiliar de enfermería, quizás algo vano para vosotros, pero para mí, es el significado de que mi hija se ha matriculado en lo mismo que he estudiado yo, en mi propia vocación, aunque yo no ejerza de auxiliar, pero sí me dedico a la urgencia extra hospitalaria.
De tal palo tal astilla dicen, no? Soy de esas madres que se les llena la boca y el alma de orgullo al ver a mi hija estudiando lo mismo que yo, de verla venir de clase entusiasmada con lo que le han dicho, con su clase de prácticas y, con los miedos que también trae la profesión sanitaria.
De un día para otro, nuestros hijos pueden cambiar de opinión de una manera espectacular, pero queda demostrado que, respetando los ritmos de los niños, sus deseos, su fantasía y sus decisiones, se convierten en adultos seguros de sí mismos y de lo que necesitan en su vida.
Por favor, no les matemos el futuro obligándoles, de manera directa o indirecta, a llevar la vida que, quizás, nosotros no pudimos llevar.
Un abrazo.
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