En busca de acción y una escapatoria de su cada vez más desastrosa vida personal, el periodista local Bob Wilton viaja hasta Irak, donde se encontrará cara a cara con la guerra y el enigmático Lyn Cassady, ex-militar que participó en una división del ejército de Estados Unidos encargada de potenciar las habilidades parapsicológicas de sus miembros para usos bélicos. Poco a poco, Bob descubrirá los secretos de Lyn, su importancia en el presente y de paso aprenderá una valiosa lección.
Por fin se ha estrenado la esperada Los hombres que miraban fijamente a las cabras, primer trabajo como director de Grant Heslov, amigo, productor y guionista junto a George Clooney de películas como Buenas Noches y Buena Suerte o Ella es el partido y que cuenta con él como uno de los personajes principales. En esta ocasión, nos traen una comedia absurda que hará reír a carcajadas a los aficionados a dicho humor, pero que puede resultar algo tediosa para los que no estén familiarizados con él o bien directamente no les agrade. Así, Los hombres que miraban fijamente a las cabras se sitúa en la línea de trabajos de los hermanos Coen como la reciente Quemar después de leer o Crueldad intolerable (ambas con Clooney entre el reparto) o de series como la comentada por este blog Bored to Death; historias que resaltan el patetismo de sus protagonistas situándolos en ambientes que ponen de manifiesto el sinsentido presente en el mundo real.
Resulta una película de realización vistosa para ser la primera vez que Heslov toma el mando, desenvolviéndose con solvencia en la complicada fragmentación de la trama principal, interrumpida en varias ocasiones por flashbacks que nos revelan los orígenes de la subdivisión del ejército dedicada a la parapsicología (hecho verídico, por increíble que parezca, tal y como demuestra en su libro homónimo el escritor Jon Ronston).
Sin embargo, el mayor atractivo del filme es su reparto, compuesto por verdaderos actorazos pasándoselo en grande. Así, nos encontramos con George Clooney en un papel cómico del tipo que tan bien le sienta, similar a sus colaboraciones con los Coen; Ewan McGreggor se maneja con soltura en el terreno del humor, Jeff Bridges se atreve a retomar al carismático Gran Lebowski para componer el personaje que aquí interpreta mientras que las breves apariciones de Kevin Spacey y Stephen Lang contribuyen de forma esencial a las situaciones absurdas.
Gracias a este tipo de humor la película es realmente crítica con la realidad que presenta (un tema tan peliagudo como puede ser el de ciertas guerras que continúan hoy en día) y bajo este enfoque saca a la luz aspectos complicados de tratar bajo otros ángulos. Por si esto fuera poco, el epílogo del filme es todo un canto a la esperanza, y hay que resaltar el papel que juega la mítica canción de Boston More than a feeling a lo largo de toda la trama y especialmente en su mencionado final.
Un tipo de comedia que no gustará a algunos, dejará indiferentes a otros y hará las delicias de los fans del humor absurdo, pero aún así es innegable el magnetismo de su reparto y la mordacidad con que ataca temas de máxima actualidad.