Ya empieza a haber robots auténticos conviviendo con humanos en sus viviendas, como es el caso de los robots aspiradora y los robots friegasuelos, y es inevitable para algunas personas, sobre todo niños pequeños, verlos como entes parecidos a animales domésticos.
¿Hasta qué punto podemos sentir empatía hacia los robots? La pregunta no es banal, porque son cada vez más sofisticados y pueden o podrán hacer cosas como rescatar gente en el escenario de un accidente, o ayudar a personas ancianas o con discapacidad haciendo para ellas pequeñas tareas como por ejemplo acercarles los objetos que soliciten.
En un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Duisburgo-Essen en Alemania se ha comprobado que el cerebro humano, al menos en el caso de la muestra de gente examinada, reacciona ante imágenes de actos afectuosos ejercidos sobre un robot de una manera muy similar al modo en que reacciona cuando esos mismos actos van dirigidos a un ser humano.
El equipo de Astrid Rosenthal-von der Pütten, Nicole Krämer y Matthias Brand, de la Universidad de Duisburgo-Essen, llevó a cabo dos experimentos.
En el primero, unos 40 participantes miraron videos en los que se mostraba a un pequeño robot con forma de dinosaurio siendo tratado de manera afectuosa o violenta. Los investigadores midieron fisiológicamente el nivel de excitación nerviosa de los espectadores y les preguntaron por su estado emocional inmediatamente después de ver los videos. A los participantes les resultó desagradable ver maltratar al robot, y experimentaron una mayor excitación nerviosa ante estas imágenes.
En el segundo experimento se empleó resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI, por sus siglas en inglés), para medir las reacciones cerebrales de los voluntarios ante actos de humanos hacia humanos y actos de humanos hacia robots. Los 14 participantes contemplaron videos en los que se mostraba a un humano, un robot y un objeto inanimado siendo tratados con afecto o con violencia.
El caso del robot siendo tratado con afecto y el del humano en la misma situación provocaron patrones similares de activación neural en estructuras límbicas clásicas, indicando ello que ambos casos despertaban en las personas reacciones emocionales parecidas.
Comparando solo las reacciones ante el video del robot siendo maltratado y el del humano en la misma situación, las diferencias en la actividad neural sugirieron que los sujetos de estudio sintieron mayor empatía e inquietud por el humano maltratado que por el robot maltratado.
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