Los idus de marzo (The ides of march), EE.UU. 2011

Publicado el 01 noviembre 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

George Clooney tenía pensado realizar su cuarta película ya en 2008 pero una fiebre, aún no catalogada y denominada Obama, invadió el país y el clima de euforia no era el más preciso para lanzar esta cínica y alborotada mirada sobre una de las profesiones más antiguas del mundo.

Tres añitos después, la exaltación popular se ha transformado en una decepción más y hasta Obama ha perdido su aura de esperanza democrática. Y es que a todo político le llega su particular idus de marzo (por desgracia para los votantes, en la mayoría de los casos, una vez elegidos).

Estos célebres idus de marzo eran, en el antiguo calendario romano, los días propicios de Martius (que en realidad corresponden, según nuestra actual medida del tiempo, a los meses de marzo, mayo, julio y octubre). La popularidad de la expresión se debe a Julio César, el hombre de todas las mujeres y la mujer de todos los hombres, ¿elogio o crítica? de Gayo Escribonio Curión, según nos cuenta Suetonio, historiador y eminente cotilla (como se puede observar, el género de la telerrealidad no tiene  nada de novedoso).

Al citado César, en una ocasión un invidente le previno contra los peligros que podía sufrir en los idus de marzo. El cónsul no lo olvidó y llegada la fecha le mandó buscar para reírse de su premonición, diciéndole que ya habían llegado y no le había ocurrido nada. El ciego, más prudente que él, le recordó que si bien habían llegado, todavía no habían acabado. La historia confirma la clarividencia del personaje dado que César acabó con más agujeros en su cuerpo, no sé cuántas puñaladas, que un colador.

En dos palabras, George Clooney narra la campaña de un gobernador, sus directores de campaña y las relaciones con la prensa, en un Estado de la Unión, insignificante en sí mismo pero crucial para la carrera presidencial. Film basado en la obra de teatro Farragut North de Beau Willimon sobre su experiencia personal en el tema (esperemos que haya algo de ficción en ella porque, en caso contrario, es para salir corriendo). Y para ello el director se hace acompañar por un cuarteto de actores en pleno subidón de inspiración: Marisa Tomei, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti y, de nuevo, el excelente Ryan Gosling.

Algunos reprocharán a la historia su falta de originalidad (sí, es verdad que recuerda un poco a Primary Colors de Mike Nichols y el tema no es nuevo) pero, rara vez, se ha filmado un proceso de putrefacción, de comportamientos deshonestos, de cinismo y falsedad de los profesionales de la política, de su doble moral, de su falta  de principios, de sus constantes cambios de chaqueta y de su asalto al poder, como sea y contra quien sea, con tanta perfección, maestría, brillo, inteligencia y, sobre todo, elegancia. What else?