En el año 2004 la productora Pixar demostró su indiscutible superioridad en el género de animación cuando, tras dos entregas de “Toy Story” y numerosos éxitos de taquilla a nivel mundial, estrenó “Los increíbles”, una divertidísima, ingeniosa y entretenida película ganadora de dos Oscars, que encandiló por su agilidad, agudeza y humor. De hecho, fue nominada al premio de la Academia de Hollywood al mejor guion original (circunstancia nada habitual en los largometrajes de dibujos animados, y que también sucedió con “Toy Story”). Han tenido que pasar catorce años para que se hayan atrevido a llevar a las pantallas su segunda entrega, un tiempo de espera mucho más prudente del que nos tiene acostumbrados la industria norteamericana, demasiado propensa a comenzar la preproducción de las sucesivas partes de una saga sin siquiera aguardar a que la anterior aterrice en las salas de proyección. Se trata de una tendencia que consiste en atiborrar al espectador con excesivas raciones de un mismo plato por lo que, en este caso, la capacidad de saber esperar la convierte en otra agradable rareza. El cineasta Brad Bird asume de nuevo la dirección. Tras sus erráticas propuestas en el ámbito de la imagen real (“Misión Imposible: Protocolo Fantasma” y “Tomorrowland: El mundo del mañana”) vuelve a exhibir aquí su sobrada habilidad en el universo de la animación. Después de “Los increíbles” y “Ratatouille” retorna a un notable nivel de calidad. Es cierto que la sorpresa ya ha disminuido, puesto que conocemos a los personajes, sabemos de su comicidad y hemos disfrutado con sus anteriores aventuras. Por lo tanto, partimos de un elevado listón que no deseamos que descienda, de tal manera que nos disponemos a ver la cinta con una especie de vacuna puesta que nos impide reaccionar como la primera vez. Dicho de otro modo, nuestra capacidad de fascinación decrece inevitablemente. Sin embargo, no se puede negar que la trama se ha reinventado y que los protagonistas han evolucionado, reconvirtiéndose en una familia que cautiva y hace reír con facilidad. Retorna, pues, este equipo de superhéroes formado por Míster Increíble, Elastic Girl y sus tres hijos y esta vez será Helen, la madre del clan, quien deberá hacerse cargo del sustento de todos ellos, habida cuenta que posee una mejor imagen pública que su esposo. A Bob no le quedará más opción que dedicarse al cuidado de sus vástagos, la adolescente Violet, el jovencito Dash y el bebé Jack-Jack, quien pronto comenzará a descubrir sus emergentes superpoderes. Con la entrada en escena de un nuevo villano deberán encontrar la manera de trabajar unidos de nuevo y en compañía de Frozone, objetivo bastante más sencillo en la teoría que en la práctica a pesar de que todos sean increíbles. El largometraje ofrece exactamente lo que cabe esperar de un título de la factoría Pixar: una combinación dosificada de inteligencia, emotividad, distracción y acción. Su mejor baza reside en la parte cómica, realmente hilarante por momentos. Se trata de una propuesta que, sin duda, agradará a un público de cualquier edad, lo que la convierte en una de las ofertas cinematográficas más recomendables del verano. Pendiente todavía de estreno en varios países, su recaudación roza a día de hoy los mil millones de dólares a nivel mundial, muy por encima de su predecesora (que alcanzó los seiscientos treinta). Es obvio que la conexión de “Los increíbles” con los aficionados al Séptimo Arte goza de una extraordinaria salud. En su versión original, las voces corren a cargo de Craig T. Nelson, Holly Hunter, Samuel L. Jackson, Isabella Rossellini y el propio Brad Bird. En España, el director de cine Álex de la Iglesia vuelve a ponerse en la piel del villano. Trailer en castellano Trailer en versión original Datos del film Título original: The Incredibles 2 Año: 2018 Duración: 118 min. País: Estados Unidos Dirección: Brad Bird Guion: Brad Bird Música: Michael Giacchino Reparto: Animation