México se está convirtiendo en un filón para el cine y en una mina de oro en cuanto al descubrimiento de directores noveles. Iñarritu, Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón ya tienen relevo asegurado. Últimamente los unos y los otros promocionan su trabajo lejos de sus fronteras cosechando premios allá por donde pasan. Los insólitos peces gato es un claro ejemplo y su directora Claudia Sante-Luce la prueba en este año 2015.
Esta joven directora que viene del mundo del corto, como otros muchos cineastas, aborda el tema de la soledad y la muerte desde una perspectiva muy personal, ya que se trata de una historia con tintes autobiográficos. Adoptar un hijo es un tema que está a la orden del día con todas las dificultades que eso conlleva. Adoptar una familia es otra cuestión. Jon Turteltaub ya lo planteó allá por el año 1995 con Mientras dormías y en España Fernando León de Aranoa en Familia un año después también continuó con la temática.
Claudia es una mujer joven, huérfana, que se enfrenta a su soledad con resignación y que parece estar sentenciada a llevar una vida vacía y carente de alegrías o ilusiones. Esto va a cambiar cuando visite un hospital para operarse de apendicitis. En este lugar le quitarán el apéndice pero paradójicamente se llevará algo a cambio, una familia de desconocidos que más tarde adoptará como suya postiza. El amor que nunca ha recibido y que ahora acepta de buen grado le ayudará a afrontar su triste vida de otra manera dándose cuenta de que puede ser útil para los demás y eso le hará sentir viva por primera vez aunque en ocasiones se sienta desplazada por no ser biológicamente parte de ella.
Todos los personajes tienen algo que decir, todos son importantes y se complementan para que el puzzle de la familia quede completo. Entre ellas Martha, la enferma mujer de sida que acoge junto a ella a Claudia y Wendy Guillén que se interpreta a sí misma como hija mediana de Martha. Lo curioso es que esta historia le pasó a ella en la vida real.
La visión que se quiere dar es de un México moderno y humilde donde los sentimientos priman sobre las posesiones materiales o económicas y es por eso que en ocasiones tenemos la sensación de estar visionando un documental donde se refleja la posición social de algunas personas. El guión se vanagloria de presentar algunos diálogos brillantes muy naturales y nada forzados que contribuyen a dotar a la historia de un perfil superrealista. Es por ello que el espectador se verá empujado a sentirse identificado con algunos personajes haciéndolos suyos y adoptando el mismo a esa peculiar familia mexicana.
Los insólitos peces gato es una bonita pero a la vez triste historia que puede pasarle a cualquiera con moralina final y con una directora que ejemplifica a la perfección a aquellas personas optimistas por naturaleza que siempre ven el vaso medio lleno. Nos invita a que hagamos lo mismo y nos manda un mensaje: ¡Vive la vida al máximo y compártela con aquellos que estén a tu lado porque solo tenemos una!