Maulama Abdul Haleem, clérigo de reconocido prestigio, recientemente lanzó una fatua contra la educación laica y justificó los llamados “crímenes de honor”; el erudito y sabio jurisprudente también ha aconsejado que las mujeres que colaboran con ONGs laicas en Kohistán sean casadas por la fuerza con varones de la zona.Pero Maulama no es el único artífice de siniestras fatuas en el Pakistán que ha encarcelado y tortura a la cristiana Asia Bibi, como es el caso de un imán de Baluchistán que ha emitido una fatua que justifica y permite rociar con ácido a las féminas que usan un móvil.
Son de público conocimiento y obligan en conciencia a los creyentes; sin embargo, los medios paquistaníes no han condenado tanta barbarie e incitación al crimen, salvo alguna bloguera que sólo puede esperar una denuncia por blasfemia. Y mientras que los imanes paquistaníes hacen públicos sus desvaríos delictivos, los jurisconsultos saudíes lanzan fatuas que condenan la fabricación de inodoros, la ironía y la curiosidad. Uno de los más activos “prohibicionistas-contra-todo” saudíes es el erudito Mustafá Slash, personaje grotesco que durante años ha propuesto la prohibición de 14 cosas al día. Fuentes: Minuto Digital