Los italianos votaron el domingo en lo que luego se puede ver como una de las elecciones recientes más importantes del país.
Un cielo gris en gran parte del país reflejaba el sombrío estado de ánimo de los votantes que desafiaban el clima inestable y la lluvia intermitente. Muchos de los que llegaron a los colegios electorales en la región de Lazio, que incluye la capital, Roma, dijeron que no estaban satisfechos con las opciones disponibles, a pesar de que hay 21 partidos compitiendo.
También expresaron alarma sobre las consecuencias que la elección puede desencadenar, expresando temor de que el resultado desencadene una mayor agitación política y social, y que deje a Italia aún más amargamente dividida y propensa a la violencia que antes de las elecciones.
“No confío en ninguna de las opciones que me ofrecen”, dijo Agnese Rossi, de 38 años, una ecologista que se prepara para votar en Roma.
Ella dijo que espera que la alianza de derecha encabezada por el ex primer ministro Silvio Berlusconi y Matteo Salvini de la Lega antimigrante y euroescéptica emerjan como ganadores generales y puedan formar la base de un gobierno de coalición. – una perspectiva que la asusta
Pero ella dice que no tiene fe en ninguna de las partes que compiten en la desordenada y desastrosa elección, incluido el advenedizo Movimento 5 Stelle (M5S), que según los analistas podría surgir como el mayor partido individual. M5S ha dicho públicamente que no participará en ninguna negociación secreta y que no se unirá a un gobierno de coalición, aunque su líder Luigi Di Maio, un desertor de 31 años de universidad suave y juvenilmente telegénico, ha insinuado que podría hacerlo. entrar en algún tipo de acuerdo de gobierno.
“Terminaremos con un mayor conflicto y división después de esta elección”, dijo Rossi.
Preocupaciones de migración
Algunos otros votantes que llegaron a los centros de votación en las ciudades al norte de Roma se quejaron de que la crisis migratoria había dominado demasiado el debate nacional y a expensas de otros desafíos económicos y sociales más apremiantes que enfrenta el país con problemas de liquidez. Dijeron que su mayor preocupación era sobre la creación de empleo.
La profunda desafección que impulsa el estado de ánimo nacional, la preocupación real sobre las perspectivas económicas del país en medio del alto desempleo juvenil y los servicios públicos disfuncionales se canalizó hacia el fervor anti-migrante, con el tema de la migración como un pararrayos para la desesperación pública, algunos votantes se quejaron.
La alianza de derecha de Berlusconi, que incluye a su partido Forza Italia, el Lega y los Hermanos de extrema derecha de Italia, impulsó una agenda fuertemente anti-migrante con Berlusconi de 81 años tratando de mantener el ritmo mientras la campaña se desarrollaba con el dramáticas demandas de expulsión de su compañero político más joven, Salvini, de 44 años. Ambos han dicho que los 600,000 inmigrantes, principalmente del África subsahariana que han llegado a Italia en los últimos dos años, deberían ser enviados a empacar.
Sin embargo, otros votantes en los colegios electorales argumentaron que la migración es, de hecho, el problema número uno al que se enfrenta Italia y elogiaron tanto al Lega como al M5S por su dura retórica antimigrante. En algunas partes del país durante la campaña, ha sido difícil distinguir la Lega de extrema derecha y la M5S de la migración. La candidata de M5S a la presidencia de Lazio, Roberta Lombardi, adoptó el eslogan de las elecciones, “Más turistas, menos migrantes”, argumentando que el turismo impulsó la economía local, mientras que los inmigrantes “pesaron”.
Ella disputó un estudio del Instituto IDOS, un grupo de expertos en inmigración, que sugirió que los inmigrantes en general traen hasta $ 3,45 mil millones más en el país de lo que le costó al estado italiano.
“Los inmigrantes han traído el crimen con ellos”, dijo Fabrizio Cannone, un trabajador agrícola de 31 años y partidario de Lega. “Están cambiando Italia y deberían irse”, agregó.
Los líderes de los partidos de extrema derecha y populistas dijeron que cuando las urnas se abrieron confiaban en grandes ganancias. Y, ciertamente, de todos los italianos que aparecieron en las mesas de votación el domingo, los partidarios del gobernante Partido Democrático (DP) parecieron los más sombríos. “Siempre voto por la izquierda, así que votaré por la DP”, dijo Pino Barilla, un artista de 60 años. “Pero los votantes de PD no están entusiasmados, no tan entusiastas como los de M5S o Lega”, agregó.
Los analistas predicen que al menos un cuarto de los elegibles para votar el domingo no lo hará.
Populismo radical
El 20 por ciento del electorado italiano permaneció indeciso en vísperas de una votación que podría volver a colocar al populismo radical en el mapa político de Europa occidental, revirtiendo las recientes elecciones al centro o al establishment en Francia y Alemania y complicando la vida de una Unión Europea sumida en Brexit negociaciones y enfrentando desafíos de líderes populistas en los antiguos estados comunistas del este.
Un observador extranjero de las elecciones, el ex estratega político jefe de Donald Trump, Steve Bannon, dijo a los periodistas el sábado que el resultado de las elecciones italianas marcaría otro hito en una revuelta populista y nacionalista que sacudió Europa y América. En sus comentarios, trató de vincular la elección de Italia con Trump y el referéndum Brexit para abandonar la Unión Europea, diciendo que todos son parte de una revuelta antiglobalista contra las élites.
Describió las elecciones italianas como “lo más importante que sucede políticamente en el mundo en este momento” y argumentó que los italianos están hartos de la UE y querían recuperar la soberanía, señalando que quien formó el gobierno, probablemente dos tercios de los italianos han respaldado fiestas con puntos de vista populistas.
De hecho, la membresía en la UE no fue un tema importante en las elecciones y fue ampliamente evitada en la campaña, incluso por parte de la Lega. M5S restó importancia al euroescepticismo durante la campaña y Berlusconi se presentó a sí mismo e Italia como a favor de la UE. Los datos de encuestas recientes sugieren que el 75 por ciento de los italianos tienen una opinión favorable del bloque.
No obstante, un gobierno de coalición de derecha -o uno que involucre a M5S- inevitablemente chocaría con Bruselas sobre el tema de migración y políticas económicas.
Papeletas bizantinas
Elegir a quién votar fue una cosa el domingo, pero en realidad hacer la selección fue otra. Los votantes en las casillas de votación se enfrentaron con boletas de voto exactas y bizantinas que reflejaban un nuevo sistema de votación diseñado por los políticos del “establishment”, con la esperanza de que redujera el recuento de asientos de M5S.
El sistema de votación conocido como Rosatellum, que lleva el nombre de su arquitecto jefe, el senador DP Ettore Rosato, combina la representación proporcional y la representación proporcional para la selección de los legisladores.
Los votantes emitieron dos votos el domingo para la cámara baja del parlamento, la Cámara de Diputados: un voto es para elegir a un legislador elegido directamente y el otro es para una lista de partidos. De los 630 legisladores en la cámara baja, 386 que toman sus escaños se eligen a través de listas de partidos en base a relaciones públicas; 244 habrán sido elegidos directamente con 12 de los que provienen de distritos electorales en el extranjero. La elección de 315 senadores también combina PR y first-past-the-post.
El nuevo sistema de votación favorece a los partidos que han ingresado en coaliciones, aumentando el efecto de sus votos combinados.
La mayoría de los analistas predicen que la coalición de derecha de Berlusconi tendrá la mayoría de los escaños parlamentarios después de las elecciones, pero no alcanzará la mayoría absoluta. Si no sale un ganador claro de las urnas, las negociaciones comenzarán después del 23 de marzo para formar una coalición.
Si hay un parlamento sin mayoría, el resultado más probable, las negociaciones podrían tardar semanas en concluir.
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