Esta semana he querido hacer un experimento sin muchas esperanzas de éxito, pero lo cierto es que los resultados me parecen más que positivos.
Más de una vez escuchas quejas en torno a la vivienda protegida, tanto en medios de comunicación en donde los vecinos claman al cielo por sentirse ratas de laboratorio: "¡que no experimente con nosotros!... o bien en clase en donde uno de tus profesores que ha visitado una de estas viviendas nos explica los errores cometidos. O más personalmente, tus amigos que han sido agraciados con una de ellas, te muestran lo defraudados que han quedado con ciertos elementos de su vivienda.
El experimento era bien sencillo: Lo primero fue encerrar en mi cocina a una serie de amigos no relacionados con la arquitectura, sirviéndome de la escusa de invitarles a cenar, y mientras prepaba el ágape y los mojaba en vino, les pasé 10 planos con diferentes viviendas que o bien han sido publicadas recientemente en las revistas especializadas, o he estudiado en clase como obras "maestras". Tan solo podían ver las plantas tipo y las secciones cuando fuese necesario, nunca veían el edifico completo y mucho menos una fotografía del bloque. También lo hice con otros amigos esta pasada tarde, sin necesidad de invitarles a cenar. Un total de 10 jóvenes entre los 24 y los 33 años que ya se han enfrentado al trance de buscar casa y me han expresado sin tapujos su opinión de los 10 ejemplos que vemos en la imagen superior.
Una vez recogida su opinión y que estos hubiesen elegido su favorita, les enseñaba las imágenes de su elección. Las caras de asombro eran dignas de haber sido añadidas al post. En ocasiones cambiaban de opinión, en otras simplemente echaban a reír.
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Aranguren y Gallegos, viviendas en Carabanchel, Madrid:
Para empezar, ninguno de los preguntados veía objetivamente que día a día fuesen a recoger las paredes móviles. Tan solo consideraban esta posibilidad los días en que celebrasen un evento con amigos o familia. El resto del tiempo, los paneles quedarían plegados o extendidos según el número, gusto y usos de los inquilinos. Tampoco han visto con buena cara el hecho de que no exista doble ventilación, aunque la cocina independiente del salón y el cuarto de lavadora y tendedor, han sido celebrados. Por lo general las opiniones han sido favorables, siendo elegido como su favorito por uno de mis amigos.
Auriens Arquitectura, viviendas en Vallecas, Madrid:
Ven muy positivo el vestidor junto a la habitación principal, al igual que las cocinas con cuarto húmedo abierto al exterior.
Dosmasuno, viviendas en carabanchel, Madrid:
Pese a explicarles que podrían acometer el pago de su vivienda según la fuesen ampliando, al igual que su mantenimiento, tan solo uno de ellos ha visto posible y deseable esta fórmula, aunque ha preferido otra de las viviendas: "¿y eso como se hace?", "a mi dame todo hecho y déjate de inventos". Tampoco admiten que la ampliación de la vivienda ciegue la ventana del baño principal, o que casi lo haga con la de la cocina, aunque si les gusta la terraza de la habitación de matrimonio.
La sorpresa fue que aceptaron positivamente la imagen exterior, pensaba que no lo harían.
Rueda Pizarro, viviendas en Vallecas, Madrid:
Pero una vez más la terraza común en planta tercera, causa repulsa. No ven con bueno ojos que tan solo dos apartamentos tengan acceso a ella y esto puede ser causa de conflicto en el vecindario, o con el propio vecino.
Resulta curioso que una y otra vez vean negativas las zonas comunes, pero al mismo tiempo, los que ya viven en casas de protección, reconocen que tienen buena relación con algunos de los vecinos, pasando de casa en casa los fines de semana.
Eso si, también me han expresado que las piscinas y jardines comunes suponen un gasto importante de mantenimiento, para el escaso uso que dan a las instalaciones.
Lo gracioso fue enseñarles la fotografía exterior del edificio: ¡Joe!, "yo pensaba que el color verde era esquemático para señalar las terrazas, no que estas estuviesen pintadas de verde..."
Guallart architects, Sharing tower, Valencia:
Muy pequeño para ser un piso y una fuente de conflictos interminable. Si en época de estudiantes ya resulta difícil crear un buen ambiente entre cuatro compañeros, la posibilidad de compartir zonas comunes entre 8 personas, o peor aun, 16 jóvenes, ha hecho renegar de este edificio a todos ellos sin excepción. Ninguno está en disposición de aceptar esta fórmula.
FOA, viviendas en Carabanchel, Madrid:
Sin embargo, el perímetro de balcones y los ventanales fueron alabados por todos, lo consideraron todo un acierto. Me remarcaron que las terrazas y balcones son muy deseables, que les encanta poder salir a "tomar la fresca" con un café, o un "copazo".
Al ver la foto exterior, se quedaron atónitos, pero les pareció muy atractivo. Sin embargo, al ver imágenes desde el interior de las viviendas y explicarles que no existirían persianas, sino únicamente la piel de bambú exterior y después tendrían que poner cortinas como en el norte de Europa para cubrirse de la luz matinal, la respuesta fue unánime: "ni hablar, queremos persianas".
Aun con todo, las viviendas en esquina fueron elegidas por uno de ellos como su favorita.
Jean Nouvel, edificios de viviendas Nemausus, Francia:
Tan solo una de ellas, tal vez por estar acostumbrada a vivir en una casa con escaleras, supo ver las bendiciones de esta vivienda y la eligió como su favorita. Las habitaciones tienen una proporción muy acertada según ellos.
En cuanto a la "calle-corredor", la reflexión que hicieron fue muy esclarecedora: "los gabachos harán lo que quieran, en España no pasaría ni una semana antes de que lo convirtiesen en terrazas compartimentadas para los salones".
Studio WOK, viviendas en Milán, Italia:
Tampoco vieron positivo el espacio de entrada como pequeño almacén, aunque fuese para la bicicleta: "¿para qué, para que me roben?"
Fiorentino, Edificio Il Corviale en Roma, Italia:
La sorpresa fue cuando les expliqué como es en realidad el edificio: "¿1 km de longitud?, ¿8 mil habitantes?, eso es un monstruo"... y mentando a Asterix y Obelix: "¡están locos estos romanos!".
Le Corbusier, Unidad de habitación en Marsella, Francia:
El hecho de que exista una doble altura en el salón es agradable, pero que esto suponga que la habitación de matrimonio no tenga intimidad es inaceptable para ellos.
Además el aspecto exterior del edificio les parece monstruoso, por muchos colorines que le pinten.
Conclusiones:
Como me temía, para gustos los colores. Hay tantas viviendas acertadas o erróneas, como personas. Pero lo difícil, es plantear una tipología a la que accedes por sorteo, no por elección propia. Si los jóvenes tuviesen oportunidad de comprarse una vivienda en el mercado, estos optarían por la que suponen más adecuada (dentro de la limitadísima oferta que existe), pero el hecho de que lleguen al apartamento que decida la bolita de turno, nos tiene que hacer pensar. O bien planteamos un modelo de vivienda con la menor cantidad de objeciones, u ofrecemos una diversidad importante de viviendas en la promoción, aun a riesgos de que los últimos tengan que "apechugar" con lo que quede.