Los jubilados, esos profesionales del sistema sanitario...

Publicado el 22 abril 2015 por Iris Bernot @irisbernot

       Si no estáis jubilados, lectores, y habéis tenido la desgracia de tener que acudir últimamente al sistema sanitario público con frecuencia, habréis tenido el placer de toparos con los jubilados expertos en sanidad pública, auténticos titanes del sistema sanitario de nuestro país, y verdaderos profesionales en el campo. Ellos son los auténticos dueños de la sanidad pública, los que saben de todo lo referente a él, los que "cortan el bacalao" en el tema,  el alfa y el omega de la sanidad para todos... Ellos son la verdadera razón de las leyes sanitarias y de los avances médicos, os lo aseguro. 
        Los jubilados, auténticos ilustrados en sanidad, saben cómo conseguir las mejores horas en los centros de salud, cómo colarse a los jóvenes y trabajadores que acuden eventualmente a éstos con la inocente idea de que van a ser atendidos a horas razonables y sin problemas, cómo puntuar a los médicos especialistas para hacer listas con los mejores y peores del sistemas que sólo filtran a otros jubilados, y cómo conseguir recetas y medicamentos a "cascoporro" para poder acumularlos e intercambiarlos en sus respectivos barrios con otras personas a cambio de latas de espárragos, de piña, o de cualquier otro alimento que les guste en ese momento. Ellos son los dueños de la Seguridad Social, y si osáis entrar a sus dominios ya podéis estar dispuestos a cumplir sus normas, ya que si no, os podéis encontrar con alguna sorpresa desagradable, como cartas con heces de perro en vuestros buzones, ratas de goma de algún bazar de todo a un euro en las puertas de vuestras casas, o cambios repentinos e inexplicables de hora y de día en vuestras citas con el médico de turno. Los jubilados no bromean cuando se trata de la sanidad pública, se la toman muy en serio; por algo se han ganado el derecho a manejarlo todo a golpe de citas con el médico de familia para hacer chorros de peticiones de pruebas que saben que deben hacerles porque se lo han dicho otros jubilados, intentos fallidos de colarse en las filas para los análisis de sangre y de orina en su búsqueda de la perfección en el difícil arte de colarse, y mítines en las salas de espera sobre los fallos del sistema para mejorarlo y para amenizar a todos los que al igual que ellos esperan a ser atendidos. No hay ningún colectivo más versado en la sanidad que los jubilados, ni ninguno que ame tanto pasar sus horas muertas en las salas de espera de los ambulatorios y las consultas de los médicos que ellos. No hay ningún otro colectivo que dé más importancia a la figura del doctor, auténtico dios para ellos a la altura del Dios de los cristianos, ese que dicen que fue el creador del cielo y de la tierra. Para ellos, el doctor es la única persona con derecho a mirar al resto de los mortales por encima del hombro, y el único que tiene derecho a tener un chalet con piscina y unas vacaciones en Bali cada vez que le salga de los cojon... Para los jubilados, un chico joven que decide ser médico es un chico con un futuro de verdad, y todo aquel que ose a decir lo contrario que se prepare, porque para ellos no hay nada como estudiar medicina, absolutamente NADA. Si alguno de vosotros estudia ingeniería, derecho, historia, o cualquier otra cosa que no sea medicina, ha de saber que para los jubilados está perdiendo el tiempo y echando a perder su vida. Ellos, como profesionales de la sanidad que son, han visto ya muchas cosas, y saben que un médico es alguien cuyas palabras tienen siempre más fuerza que las de cualquier otra persona, "pues a dónde vamos a ir a parar",  dicen ellos...         El hecho de que las primeras citas en los ambulatorios sean para ellos y que se les permita colarse siempre que quieren es por algo, lectores, no creáis que es algo casual. Ellos se han ganado el derecho a tener lo mejor de lo mejor, y si pueden permitirse el lujo de pedir cinco cajas de agujas para diabéticos mientras que vosotros sólo podéis pedir una, pensad que se lo han ganado con un esfuerzo y una dedicación que vosotros jamás habéis tenido.         Si queréis tener los mismos privilegios que los jubilados, tendréis que luchar por ellos. Sé que no es una batalla fácil, porque competir con ellos  y ganarse su respeto implica tener que hacer muchos esfuerzos desagradables, como pedir pruebas invasivas que no se necesitan, hacerse análisis en ayunas de continuo que  dejan a cualquiera al borde de la extenuación física, o ponerse una capilla en casa con la foto de varios médicos de la seguridad social que sean expertos y punteros en alguna especialidad para poder rezarles con ahínco, pero es lo que hay. Ser un profesional de la sanidad pública como ellos es muy difícil, y no sé si tanto esfuerzo compensa, la verdad, aunque esa decisión debéis tomarla vosotros, no yo, así que... Vosotros veréis. Yo no me atrevo a retar a los jubilados en su tan amado campo, el sanitario, y vosotros?...

Hay que echar al sustituto del doctor Palomar, no me gusta nada...