Jonathan Igor encendió la llama.
Ayer, a primera hora, con el trámite obligatorio de las acreditaciones, comenzó el desarrollo de la justa binacional que compromete a las provincias patagónicas argentinas y regiones chilenas.
Paso a paso
El campus de la UNPA fue el punto de encuentro de todas las delegaciones para cumplir con las acreditaciones correspondientes. A las 18:00 fue el momento de realizar los congresillos técnicos, momento en que aquellas selecciones que tuvieran alguna dificultad de último momento la planteen ante sus pares y, en forma democrática, se decida qué hacer al respecto. Por ejemplo, en caso de que algún deportista no cuente con la revisión médica o haya extraviado el documento a último momento, o por algún cambio de escenario u horario que modifique el programa inicial para que todos conozcan y resuelvan sobre el punto.
A media que lograban concretar el trámite administrativo, las delegaciones fueron distribuidas a sus correspondientes alojamientos en diferentes puntos de la capital santacruceña y quedaron a la espera del momento acordado para la ceremonia inicial, pautada para las 19:30 en las instalaciones del polideportivo del Boxing.
Todos al polideportivo
Con la finalidad de esperar a las delegaciones y todo lo dispuesto, se designaron grupos reducidos de deportistas para que se acomoden en el gimnasio principal, en tanto que el resto de los jóvenes ocupó el sector alto, armando con su presencia un colorido entorno. Cada uno estaba identificado por sus particulares colores.
A las 21:00 con la invitación a ocupar sus lugares, los jóvenes se acomodaron en el centro del gimnasio.
Autoridades de los juegos, directores técnicos, funcionarios provinciales, dirigentes locales, árbitros y público en escasa cantidad acompañaron a los deportistas en esta particular ceremonia. Lo primero fue la bendición de parte del sacerdote.
La presidenta del Comité de los Juegos, Daniela Droner, fue la primera oradora: “en nombre del Consejo General de los Juegos, el Comité Técnico Asesor, damos las gracias a autoridades y deportistas de esta hermosa provincia por decir sí una vez más a estos juegos de la Araucanía, porque están haciendo historia para que cada uno de nuestros deportistas tenga la oportunidad de estar expresándose a través del deporte y la actividad física. Sólo agradecer y citar al padre sobre la esencia de los Juegos: el éxito no es el fin, sino un estímulo para apuntar más alto”.
A continuación fue Adolfo Cader, secretario de Estado de Deportes de Santa Cruz, el encargado de hablar y sus primeras expresiones fueron de agradecimiento a la ministro, a los demás funcionarios de gobierno, a los referentes del deporte en la Patagonia, a los cuerpos técnicos, a los integrantes de la Cruz Roja, a los dirigentes que colaboraron con esta edición. Luego saludó a los deportistas, deseándoles los mejores resultados.
Finalmente fue Nieves Beroiza, la ministro de Desarrollo Social, quien destacó el momento difícil económico por el que atraviesa la provincia, pero también resaltó la buena voluntad puesta de manifiesto de parte de los responsables de organizar y coordinar esta XXII edición.
El momento esperado era el del encendido de la llama que simboliza estos juegos. Mediante una pantalla gigante se vio que desde el exterior del polideportivo la antorcha llegaba portada por el deportista Jonathan Igor, que en los Juegos Evita logró una medalla de bronce en lanzamiento bala y la de plata en 150 metros en categoría Sub 18 con discapacidad visual, en su última participación.
La Opinión Austral