“Los Juegos del Hambre”: El show de indignos e indignados

Publicado el 23 abril 2012 por La Mirada De Ulises

[7/10]   Como castigo a su insurrección, cada distrito debe entregar al Capitolio como “tributo” a un chico y a una chica adolescentes para un juego a muerte en que sólo quedará un superviviente. En el bombo de este año, la suerte les cae a la joven Katniss que se presenta como “voluntaria” para liberar a su hermana pequeña, y Peeta, un aprendiz de panadero que tendrá que ingeniárselas para compensar sus escasas actitudes para la lucha. Trasladados a la capital de Panem junto con los otros “tributos” de los doce distritos, serán entrenados y arrojados a la arena como nuevos gladiadores en un espectáculo que es visto por todos los habitantes de la nación, y donde un poco de amor y esperanza serán ingredientes necesarios junto a la sagacidad para escapar al destino escrito en un plató de televisión. Esta es la triste y aterradora historia de “Los Juegos del Hambre”, adaptación de la primera entrega de la trilogía de Suzanne Collins que ahora Gary Ross lleva al cine, en lo que es una alegoría política de la lucha por la libertad y una alusión a la indignidad que sostiene a los reality show.

La crítica al poder totalitario es tan palmaria como la que se dirige a esos mass media, que fabrican imágenes falsas para ofrecérselas al telespectador como alimento virtual e insustancial y narcotizante de conciencias. El aspecto estrafalario de los habitantes de  Panem que asisten al espectáculo ya es tan patético y ridículo como superficial y cruel es su comportamiento ante la vida de los “tributos”. Quiere ser reflejo del lamentable espectáculo de la modernidad llevada al futuro, sofisticada en su progreso tecnológico y degradada en su humanidad, esclava de sus sentimientos y acrítica ante la injusticia ajena. Allí asistimos a la explotación de las miserias humanas inducidas para saciar el hambre de morbo del espectador, insensible ante la vileza que supone dar su “patrocinio” a determinado concursante… cuando lo que se juega es la vida (física) o la dignidad (moral), algo que ya se puede ver en nuestra televisión. Y es también el embrutecimiento de una sociedad que mira a las personas como animales a los que basta con enviar estímulos reconfortantes en paracaídas o regalar un poco de esperanza… pero no demasiada.

En ese sentido, Gary Ross vuelve sobre los pasos de “El show de Truman” para hablarnos del gran teatro del mundo y de la impostura de nuestra sociedad, de una aparente libertad construida en falso y de ese rescoldo que brota de la rabia y la dignidad para contravenir a quienes creen disponer de nuestra vida. Hay intentos de controlar y dirigir los  pasos de los “tributos”, de herirles en su humanidad y regalarles el bálsamo oportuno, de jugar con sus sentimientos y fabricar romances improbables, de decidir sobre su futuro para después quitárselo. Pero también hay una voluntad de volverse a sublevar como individuo y como pueblo, de pensar y hacer creer a los poderosos que se han salido con la suya, de gritar indignados contra quienes les amordazan con sólo bajar el volumen del televisor. Porque en esta historia, el presidente Snow y su longa manus Seneca creen estar construyendo una historia de amor adolescente que les dé audiencia y poder, pero Katniss y Peeta juegan a otra cosa… cada uno con sus armas, y llega un momento (con el romance) en que el espectador no sabe si está asistiendo a una realidad o a una ficción realizada para los televidentes de Panem, una vuelta de tuerca sobre la frágil verdad de lo que aparece en la pantalla.

El director parte de una historia apasionante y sugerente, para después construir una trama ágil y amena que mantiene atento al espectador durante todo el metraje. El montaje imprime un ritmo vertiginoso a las persecuciones y un tono videoclipero algo confuso a las peleas, y sabe tomarse respiros de ternura y romance con momentos emocionantes que conmueven o enardecen a la rebelión. Buen manejo de la música envolvente firmada por James Newton Howard, y una fotografía que se llena de frialdad para retratar a los habitantes del Capitolio.

Por otro lado, hay que destacar la convincente interpretación de Jennifer Lawrence para dar vida a una heroína que quiere ser dueña de su destino y que promete liderar una revolución en el distrito 12, con Peeta o sin él… porque su novio Gale también espera su oportunidad. Los secundarios apenas están esbozados y no van más allá de lo esquemático, y personajes como el mentor de Katniss merecerían un mayor desarrollo para descubrir lo que fue su vida tras el éxito… pero ella es la estrella y no defrauda. De momento, tenemos una película muy entretenida, un estimulante blockbuster con algo de épica y amor, con mucha ruindad y un poco de esperanza… en lo que es un televisivo espectáculo de sentimientos y también un show de indignos e indignados.

Calificación: 7/10

En las imágenes: Fotogramas de “Los Juegos del Hambre”, película distribuida por Warner Bros. Pictures International España © 2011 Lions Gate Films y Color Force. Todos los derechos reservados.

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Publicado el 23 abril, 2012 | Categoría: 7/10, Año 2012, Ciencia-ficción, Críticas, Drama, Hollywood

Etiquetas: amor, El show de Truman, esperanza, Gary Ross, James Newton Howard, Jennifer Lawrence, libertad, Los Juegos del Hambre, Suzanne Collins, televisión