Reconozco ser algo escéptico con este tipo de cine catalogado como blockbuster adolescente. Y sinceramente de no haber sido porque fui gratis al cine, no hubiera pagado por ella. Sin embargo, salí gratamente sorprendido del cine.
Esquivando los típicos efectismos hollywodienses que ya me hartan o el romance previsible entre jóvenes guaperas con vidas complicadas... esta segunda entrega de Los juegos del hambre: En llamas se destapa con una historia realmente buena, reivindicativa, moralmente correcta y con grandes matices éticos. Quizás no sea todo ciencia ficción y se pueda rescatar algo del mensaje que logra transmitir la película.
Aunque sí es cierto que gran parte de esto es mérito del libro del que está basada, esta segunda parte está magníficamente grabada, con muy buen ritmo, ágil y atrevida, buen guion, buena música, buenos actores.. y poco más se le puede pedir a una película actual, y ya que si las dos horas y media que dura la película se te pasan volando, es por que tan mala no es.Su secuela era una simple película de acción entre jóvenes y para jóvenes, algo inmadura y sin profundidad, que no pasaba de ser interesante. Esta segunda parte está mucho más consolida y se ve más compacta, algo que es de agradecer.A pesar de todo, deja con mal sabor de boca porque una película así se disfrutaría mucho más viendo la saga entera, y no intentando recordar como fue la primera parte y luego tener que soportar como al final te dejan a medias y a esperar un año más para ver la siguiente parte de la saga que hasta 2016 no veremos su desenlace en las grandes pantallas. Sin embargo, hasta que no podamos ver películas de 8 horas en el cine, esta será la tónica en los próximos años.
La conclusión es que es una película apta para todos los públicos, disfrutable por los jóvenes que buscan lo de siempre, pero también para aquellos que buscan una profundidad que hoy en día se está perdiendo. Mucho más segura y seria que so predecesora, y así se ve reflejado en las críticas.