Hay que tener en cuenta que este libro está dirigido a un público juvenil, aunque esto es a la vez una paradoja porque mientras que el texto se ve y se siente como un libro para estudiantes de secundaria, el tema puede ser un tanto morboso, mas como para adultos.
Una vez que empecé a leer, no pude dejar de leerlo. Este libro puede enseñar a un autor en ciernes mucho acerca de la estimulación. La historia se mueve de un capítulo a otro en una forma intrigante. El personaje principal, Katniss, es una heroína dura aunque en algunos pasajes un tanto cursi para mi gusto. La trama es bastante uni-dimensional y no hay duda de quien prevalecerá al final.
Pero la historia es brutal. Toma los elementos principales de “La isla del doctor Moreau” y establece que en un futuro post-apocalíptico en el que unos pocos privilegiados tienen el resto de la sociedad en una forma de esclavitud. Cada año, la capital pone en escena un estilo de lucha de gladiadores, un show televisivo en el que representantes de cada uno de los distritos de esclavos envía a dos jóvenes (nuestra heroína es una de ellas). Una línea argumental un poco grotesca, pues mientras vas sintiendo una gran empatía por Katniss, te aferras a la esperanza de que va a matar a sus oponentes antes de que acaben con ella.
También hay una historia romántica, que sin duda va a ser más prominente en los próximos dos libros. No hay presagio con respecto a una futura rebelión. Todo esto quiere decir que se deja al lector queriendo un poco más, que es lo que el primer libro de una trilogía debe hacer.
¿Lo recomiendo? Probablemente sí, pero no porque ser gran obra literaria. Por el contrario, su valor reside en lo que enseña acerca de la cultura pop (estadounidense). El darwinismo social, televisión de la realidad, mujeres que pueden sacarle los dientes a los hombres, en fin esta novela es el nuevo exponente del genero distópico, que con una protagonista adolescente y el toque romántico, ha calado enormemente en la literatura juvenil.