Los karen (1)

Por Tiburciosamsa

Al pueblo karen le han pasado dos de las peores cosas que le pueden pasar a un pueblo: ser una minoría étnica y haberse fiado de los británicos.

De la historia antigua de los karen es muy poco lo que se sabe. Sus leyendas dicen que su fundador, Htaw Meh Pa (literalmente “el abuelo del colmillo de jabalí”), vivía con su extensa familia en una lejana tierra en el norte. Sus campos eran devastados por un gran jabalí. Htaw mató al jabalí y con sus colmillos se hizo un peine que tenía poderes mágicos: otorgaba el don de la eterna juventud a quienes lo utilizaban. Imaginémonos el entusiasmo: un pueblo de gente eternamente joven, con ganas de folleteo y sin morirse. Pronto no cupieron en el país y tuvieron que partir en busca de nuevas tierras. En su viaje llegaron a un río que en karen se llama “Hsi Seh Meh Ywa” o “río del agua que fluye con arena”. Se pusieron a coger marisco. A Htaw Meh Pah le puso nervioso todo el tiempo que les llevaba a sus compatriotas preparar el marisco, así que decidió adelantarse. Unos chinos llegaron y les enseñaron a abrir las conchas y extraer la carne. Para cuando hubieron terminado y quisieron seguir a Htaw Meh, las plantas que éste había desbrozado habían vuelto a crecer y no había manera de encontrar el sendero que había seguido. Lo jodido es que Htaw Meh se había llevado consigo el peine mágico. Los karen finalmente se instalaron en el actual país karen. La leyenda dice que cuando sus descendientes estén libres de pecado, Htaw Meh Pa volverá un día a buscarlos y los llevará a la tierra que descubrió. La referencia al “pecado” en esta tradición me parece un poco sospechosa por poco asiática. Me pregunto si no habrá sido una interpretación de los misioneros que recogieron primero el mito.

Los antropólogos han discutido mucho sobre esta leyenda. La tesis más convincente es la que apunta a que debían de vivir al norte del Río Amarillo. El río del agua que fluye con arena de la leyenda sería dicho río. Los karen, empujados por otros pueblos, seguirían una ruta de migración hacia el sur, que les llevaría a Yunnan, luego a la zona del río Salween y finalmente al suroeste de Birmania.

Se estima que debieron de entrar en Birmania después de los mon y antes que los birmanos. Se cree que una inscripción del siglo VIII que habla de los cakraw en el centro de Birmania podría ser una referencia a los sgaw, una de las subetnias de los karen. Si así fuera, sería la primera referencia escrita a ellos. Más clara parece una inscripción en Pagan del siglo XIII, que habla de los “karyan”, aunque la certeza de que se refiera realmente a ellos no es completa.

Los karen practicaban una agricultura primitiva basada en la tala y quema de los bosques. Podemos verlos como uno más de los pueblos que habitan en las montañas de Indochina, al igual que los hmong de Laos o los dai de Vietnam. Se trata de pueblos que han quedado al margen de las corrientes civilizadoras y del gran comercio que transformaron la región y son marginados y despreciados por sus vecinos de las llanuras que consiguieron constituir formaciones estatales.

Del período precolonial, lo más interesante que podemos decir sobre la Historia de los karen es que adoptaron el budismo theravada de los mon y que pasaron una segunda mitad del siglo XVIII jodidilla, ya que sus tierras cayeron en la línea de frente entre Ava (Birmania) y Ayutthaya (Siam).

Los karen salieron de la oscuridad histórica de la peor manera que uno puede salir: fueron descubiertos por los misioneros anglosajones cuando Gran Bretaña se anexionó la región tras la I Guerra Anglo-Birmana. De los primeros misioneros que entraron en contacto con los karen, el más activo y dinámico fue el norteamericano Adoniram Judson.

Judson descubrió con sorpresa que los karen tenían algunos mitos de lo más peculiares. Según uno de sus mitos, la primera pareja fue creada por Y’wa. Y’wa prohibió a la pareja que comiera cierto fruto. La serpiente Mu-kaw-li les dice que se dejen de tonterías y que la coman. Le hacen caso y a partir de ese momento se vieron sujetos al envejecimiento, la enfermedad y la muerte. El otro mito cuenta que Y’wa dio a sus hijos unos libros de conocimiento. Los karen, por negligencia, perdieron su libro. Y’wa les prometió que algún día vendrían hermanos extranjeros que les traerían un libro dorado.

Los primeros misioneros fliparon con estos mitos y dieron en pensar que los karen tenían que pertenecer a las tribus perdidas de Israel. Lo de buscar miembros de las tribus perdidas de Israel es una vieja manía del mundo anglosajón. Entre los candidatos a ser sus descendientes se cuentan los yorubas, los pashtunes y hasta los japoneses. Los misioneros podrían estar obsesionados con teorías extrañas, pero no eran tontos. Se apresuraron a decirles que ellos eran los hermanos extranjeros de las leyendas y se pusieron a evangelizar como locos.

Una observación se impone: los misioneros tendieron a ver en los mitos mucho más de lo que había. Así, enseguida afirmaron que el Y’wa del mito era un Dios eterno y todo poderoso, creador del cielo y de la tierra y de la humanidad. Pues va a ser que no. Los karen eran animistas y creían en muchas divinidades y espíritus del mundo natural, no siendo en ese sentido sus creencias muy distintas de las de otros pueblos de las montañas de Indochina. Aun así, es cierto que los paralelismos entre el mito de Y’wa y la Biblia son notables. La explicación más socorrida es que durante su migración desde China a Birmania debieron de estar en contacto con comunidades judías o de cristianos nestorianos, de las que tomaron el mito.

La evangelización tuvo un efecto tremendo sobre la etnia karen. Les dio un sentido de identidad nacional y sería uno de los motores de su nacionalismo. El vínculo karen = protestantismo está tan extendido, que a menudo se olvida que sólo en torno al 17% son protestantes. La conversión además les hizo creer que tenían un vínculo especial con los británicos. Además de verlos como protectores frente a los opresores birmanos, entendieron que los británicos velarían de una manera especial por unos hermanos en la fe. Los ingenuos no habían oído hablar del “divide y vencerás.”

Bueno, no todo fue malo. Los británicos dieron a los karen un sentimiento de dignidad y de respeto renovado por su propio idioma y tradiciones. Se empezó a escribir el karen y además de la Biblia y otra literatura edificante, se tradujeron al karen obras más divertidas como algunas de Shakespeare y las “1.001 Noches”, me imagino que expurgada. Incluso aparecieron las primeras revistas y periódicos en karen. Otra cosa muy importante que hicieron los británicos fue diferenciar entre la administración de Birmania propiamente dicha y la de las denominadas “Áreas fronterizas”, una de las cuales era la región de los karen. Posteriormente esto haría soñar a algunos con la posibilidad de un Estado karen independiente. Y ya, para rematar, los británicos dieron en considerar que los karen eran una raza marcial y les reclutaron con entusiasmo en el ejército colonial. Hubo karens entre las tropas coloniales que conquistaron Mandalay en 1885 poniendo fin a la monarquía birmana y en el momento de la independencia la proporción de karens en el ejército colonial estaba completamente desproporcionada con respecto a su peso demográfico en el conjunto del país.

Para finales del siglo XIX algunos karen habían sido tan occidentalizados, que en 1881 un grupo de karen cristianos crearon la Asociación Nacional Karen (su nombre en karen era “Daw k´lu”, que significa “toda la raza”) con el objetivo de “promover la identidad, el liderazgo, la educación y la escritura karen y llevar al progreso social y económico de los pueblos karen”. También aspiraban a obtener representación en la administración colonial británica. Fueron el primer pueblo de Birmania en establecer una asociación de estas características, adelantándose incluso a la aparición del Congreso Indio. El talón de Aquiles de esta iniciativa fue que dejó fuera a los karen budistas, que eran la mayoría. Cabría hacerse la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto influyeron los misioneros y los ingleses para hacer que los karen comenzaran a verse como un pueblo aparte y con unos intereses que podían ser divergentes de los de los birmanos? En mi opinión, tuvieron toda la influencia.