El Catón CCLVIII, es el personaje que da título a esta novela de Matilde Asensi, varios de cuyos libros ya he referenciado recientemente. En realidad el personaje principal, como en toda las novelas que he leído de la autora, es una mujer y parece ser un homenaje que brinda a su género, pues repite el mismo esquema en varias de sus obras. La protagonista es una monja erudita, paleógrafa del Vaticano, que vive una vida anónima y rutinaria trabajando en los archivos secretos del Vaticano. El desencadenante de la trama: la paulatina y misteriosas desaparición de todos los "lignum crucis" desperdigados por santuarios y museos del mundo. Los sucesivos nudos de la historia, las siete pruebas que los protagonistas (serán tres finalmente) habrán de superar para alcanzar el Paraíso, lugar conocido por una misteriosa y antigua secta relacionada con la guardia y custodia de la cruz de Cristo desde tiempos inmemoriales. La guía de la acción se articula sobre las secretas referencias que se encuentras escondidas en La Divina Comedia de Dante, el gran poeta italiano.
Con una armazón como esta construye Asensi sus novelas: siempre habrá una protagonista femenina que realiza un viaje iniciático que le aparta de su anodina rutina y le transforma en otra persona más libre y segura; también encontraremos profusión de pruebas y acertijos que nos harán avanzar a través de un juego de la Oca más o menos sofisticado. No faltarán peligros físicos que se solventarán con una facilidad pasmosa, siempre a punto de morir en el último minuto, pero con una mentalidad en los personajes un tanto pueril, como una historieta de cómic en la que sabe que el protagonista es indestructible y nunca puede morir. Como siempre misteriosos textos en lenguas antiguas o extintas con mensajes extraños y paradójicos. Y al final, de postre, increíbles civilizaciones o pueblos perdidos; míticos Shangri-Las en los lugares más fantásticos e inverosímiles. Los ingredientes para la aventura no fallan.
Pero a mí, ha empezado a cansarme este esquema repetitivo, esta fórmula infantil para hacer novelas. Me parece ya repetitivo y cansino el cliché de estos escritores basados en misterios, esoterismo, sectas, aventuras y pruebas contrarreloj apuradas hasta el último segundo. Ganas me dan de escribir una yo mismo. Tengo la "hoja de ruta", que es bastante simple; me falta elegir algunos personajes estereotipados y buscar en internet algún sugestivo misterio más o menos verificado, después revisar mi colección de enigmas matemáticos y juegos lingüïsticos. Ya solo necesitaría comprarme un juego de la Oca y echar a los dados.