Además, si caminas a través de las salinas por el agradable paseo a ras del agua, podrás llegar a la preciosa playa (bañada ya por el mar mediterráneo) y cuando quieras volver será el momento perfecto para tomarse algo fresco en el chiringuito.
Los lodos tienen un gran poder terapéutico, motivo por el que cada año recibe la visita de miles de turistas que buscan un descanso en las playas del Mar Menos, pero aportando un toque diferente a su estancia. Según la porpia web de San Pedro del Pinatar:
"Los lodos basan su acción terapéutica en su gran poder de absorción, su acción mineralizante, su capacidad de neutralizar la acidez y su efecto estimulante de la cicatrización, por lo que su uso es muy recomendable en muchos tipos de patologías de piel. Una capa de lodo aplicada sobre la piel absorbe todas las toxinas del sistema periférico del tejido conjuntivo y elimina tóxicos linfáticos de la dermis [...]. Su alto poder de conductividad calórica les hace también apropiadas como antiinflamatorios en caso de reumatismo, artritis, gota y rehabilitaciones, después de fracturas óseas. También son recomendables para afecciones de garganta". Obviamente, necesitarás varias sesiones para conseguir buenos resultados y te recomiendan empezar con una zona pequeña para evitar reacciones en la piel, especialmente si tienes la piel sensible.
La experiencia físicamente no me pareció demasiado agradable, para qué nos vamos a engañar. ¿Cómo se dan los baños de lodo de Lo Pagan? Pues es bastante sencillo, son totalmente gratuitas y abiertas al público, pero tienes puntos de información donde pueden explicarte al detalle si tienes cualquier duda.
Si te acercas encontrarás dos fases principalmente. En primer lugar debes aplicar el lodo negruzco que encontrarás en el fondo de la charca de lodo, creo recordar que había un hombre aplicándolo filtrado y todo por la zona, pero nosotros lo hicimos a la antigua usanza para no perdernos nada de la experiencia. De ahí el primer consejo: no te quites las chanclas si te suele dar asquete pisar según qué sitios.
Cuando coges el lodo (nosotros utilizamos una botella cortada) lo extiendes por las partes del cuerpo que quieras tratar y debes dejarlo secar al sol. De nuevo insisto, busca al hombre que lo extiende a cambio de la voluntad, es muy desagradable encontrarse pequeñas piedras al aplicarlo que pueden raspar la piel o a algún pequeño habitante autóctono de la charca.
Sus aguas, de color rosado y bastante caliente, tienen una mayor salinidad que las del Mar Menor, de hecho, aproveché para exfoliarme la piel con la sal del fondo de la salina, ya que tiene tal concentración que puedes cogerla a puñados del fondo. Nada más entrar en esta charca en la que por profundidad no se ahogaría ni un niño, ya puedes notar que las zonas de u cuerpo que han sido tocadas por el agua se vuelven muy suaves. Ni os cuento después de realizar la suave exfoliación con la sal.
Resumiendo, las charcas, barros y lodos del Mar Menor son una excelente forma de cuidar la piel y nuestro propio cuerpo de forma natural, eso sí, vete mentalizada de que no es la experiencia más agradable del mundo en el momento de la aplicación. Y los más escrupulosos siempre pueden acudir al centro de spa que hay alli, seguro que dan tratamientos con los lodos.