Los lugares donde leemos

Publicado el 03 julio 2013 por Rusta @RustaDevoradora

Sabía que la encuesta de junio iba a tener un claro vencedor: leer en la cama, con la espalda apoyada en la almohada, la manta por encima en invierno, una simple sábana en verano, en ese momento del día en el que podemos permitirnos no agobiarnos y nadie nos molesta, es una de las mejores sensaciones que puede experimentar un lector. Para mucha gente, leer va asociado a ese ratito de tranquilidad, incluso se considera una actividad agradable para relajarse antes de dormir (siempre que no se opte por un page-turner de terror, claro). Las otras opciones que voté yo fueron el sofá, las salas de espera y otros (porque, por muy cutre que suene, a veces me gusta leer sentada en el suelo). Antes también leía en el transporte público, pero últimamente he perdido ese hábito; el reproductor de música ha ganado esta pequeña batalla a los libros. Por otra parte, me dais mucha envidia los que leéis al aire libre, aunque, si me paro a pensarlo, las veces que lo he puesto en práctica he estado más bien incómoda (que si aquí me toca demasiado el sol, que si ahora me molesta la sombra, que si no sé cómo ponerme); en cualquier caso, la idea de leer en una zona verde bajo el cielo azul sigue siendo muy idílica. Por lo demás, me cuesta mucho ponerme a leer literatura sentada a la mesa; tantos años de estudiante me hacen relacionar el escritorio con el estudio, el trabajo, la obligación, y cuando leo por mi cuenta prefiero alejarme de este rincón. Para terminar, me parece muy significativo que las opciones alternativas a la cama hayan recogido un número importante de votos; esto demuestra que somos personas que leemos mucho, que dedicamos horas de nuestro día a día a la lectura —no solo ese tiempo residual previo a dormirnos. Una vez más, los blogueros subimos con creces la media.
Y vosotros, ¿qué opciones votasteis?