Los lugares míticos del cicloturismo mundial (III)

Por Rafael @merkabici

Continuamos aquí con nuestro viaje virtual (en preparación de viaje real, ¿eh?, no seas vago) por los lugares más rituales de nuestro ciclismo, aquellos templos al aire libre donde podremos disfrutar de las reales esencias de este deporte, donde podremos recordar las grandes gestas del ciclismo y compartir esfuerzo, sudores y pedaladas con los grandes campeones del presente y del pasado. Y recuerda...estos son lugares míticos de toda Europa...pero más adelante, otro día, contaremos cosas sobre los grandes mitos del ciclismo al sur de los Pirineos...por si no tienes presupuesto este año para viajar a Alpes o Dolomitas...

    Los muros del tour de Flandes. En Flandes el ciclismo es algo más que un deporte, es poco menos (pero muy poco menos) que una religión. En Flandes el ciclismo es especial, es una forma de reafirmar una identidad nacional, es una fiesta, es cerveza, gritos de ánimo, banderas con el león rampante y pasión, mucha pasión. En Flandes el ciclismo es todo cuando llega el Tour de Flandes, De Ronde van Vlaanderen, la carrera más importante para todo un pueblo, el Monumento más diferente, junto con Roubaix, el recuerdo de una época diferente. Y lo que marca a De Ronde son sus muros, esos bergs asesinos recubiertos de un adoquinado irregular y duro, con pendientes imposibles en los que hay que subir pedaleando sentado porque de lo contrario la rueda trasera patina y podemos acabar en el suelo. Recorrer algunos de estos bergs, como el Kapelmuur, el Geraardsbergen o el Paterberg es recorrer las andanzas de Merckx, de Boonen, de Van Looy, de Cancellara, es entrar en la historia más mítica del ciclismo. Es, en otras palabras, algo que no te puedes perder. Además hay una marcha cicloturista que cubre cada año el recorrido del Tour de Flandes, en todo o en parte, por lo que ahora resulta más sencillo que nunca acceder a estos lugares sagrados.
    La Madonna del Ghisallo. El puerto es, en sí, poca cosa. Apenas un puñado de kilómetros sin casi dificultad (rampas duras, sí, pero breves, que nos exigirán sudar pero no morirnos sobre la máquina) y termina, además, en un agradable falso llano en mitad de un bosque delicioso sobre la llanura lombarda. Es, en sí, un puerto precioso, pero no un lugar de peregrinación...salvo por la capilla. Y es que en la misma cima de la Madonna del Ghisallo se erige la capilla del mismo nombre, aquella que alberga a la patrona de los ciclistas, de las bicicletas, del ciclismo. Y entrar allí es entrar en un templo religioso, sí, pero sobre todo en el más espectacular museo ciclista que te hayas podido imaginar nunca, con maglias de Bartali y Coppi, bicis de Merckx y de Gimondi y cientos, miles de fotografías, dedicatorias y todo lo que te puedas imaginar sobre ciclistas y ciclismo en el último siglo. Un lugar especial, diferente, que no te puedes perder por nada del mundo, seas creyente en el cristianismo o solamente en la bicicleta. No te lo pienses más.

El próximo día terminamos con este recorrido por los diez sitios de peregrinación ciclista más conocidos, adorables y sí, irrenunciables, en nuestro mapa mental del deporte que amamos.