Los macarons

Por Elrinconcitodegema

¿Habéis oído hablar de los macarons?. Yo no, hasta que in día, viendo un capitulo de la serie Gopssip Girls, vi a una de sus protas, comiendo mogollón de unos dulcecitos de diferentes colores que me llamaron mucho la atención, así que me interesé por ellos y entre búsqueda y búsqueda he descubierto que son un dulce típico francés, realmente tradicionales en esta tierra.    Se trata de una especie de galletita con relleno de crema, a mi realmente me recuerdan al típico Suspiro de Navidad en su compasión, que se basa en clara de huevo, azúcar y almendra molida. Aunque, en realidad, el diseño del macarons es mucho mas sofisticado para cualquier celebración.    Al principio, este dulce constaba de una sola cara. Su origen, sigue siendo un misterio. Sin embargo, numerosas ciudades pretenden llevarse el merito de su descubrimiento. Aunque, lo que si es cierto, es que es un dulce muy demandado en la alta sociedad. Ya Luis XIV contó con ellos en su boda en el año 1966, por cortesía de un repostero francés llamado M. Adam.    Hay miles de variedades con las que rellenar los macarons, o como a mi me gusta llamarlos, “Hamburguesitas Dulces”. Se pueden rellenar de cualquier tipo de mermelada o con la crema que más nos guste.    Una de su faceta mas llamativa, es su variedad de colores, esto es debido al uso de colorante alimenticio en su preparación. Se pueden colorear del color que se quiera, por ejemplo, si el relleno que vais a poner es una mermelada de fresa, pues los teñís de rojo…, y así, como más os guste.
   Y ahora, os dejo con la receta de este dulce tan coqueto:
Ingredientes:
  • 3 claras de huevo (separadas en dos partes iguales)
  • 140 gr. de azúcar glass
  • 150 gr. de almendra molida
  • 20 gr. de cacao en polvo ( si no queréis cacao, incorporarle su tasa en azúcar glass)
  • 130 gr. de azúcar normal
  • 35 ml. Agua

Preparación:
   Antes de empezar la receta, deciros que, en realidad es muy fácil, lo único que tenéis que hacer es seguir todos los pasos de la receta y el resultado será increíble, y si no es así, seguro que al segundo intento ya lo logras!
En primer lugar, tamizar el azúcar y la almendra para que desaparezcan todos los grumos que les pueda quedar y mezclar en un bol.

 Añadir una clara y media de huevo a la mezcla de azúcar y almendra y remover todo bien, hasta que quede una mezcla homogénea y reservar.
Ahora es el momento de hacer el almíbar. Este paso es muy importante, si nos podemos ayudar de un termómetro mejor, si no, tampoco pasa nada. Vertemos el agua y el azúcar normal y lo ponemos al fuego, si tenemos termómetro, lo dejamos hervir hasta 118º.

Si no lo tenemos, dejamos que hierva hasta que el almíbar esté a punto de hilo fuerte. Eso es cuando si cogemos un poco de almíbar entre los dedos y estiramos, se nos forma una hebra.

Ese es el momento exacto de retirar del fuego e ir añadiendo a la otra clara y media que ya habremos puesto a montar (estas tienen que estar montadas antes de añadir el almíbar, pero no del todo).

Le vamos añadiendo el almíbar a las claras muy poco a poco mientras estas siguen montando y dejamos batir hasta que estén bien consistentes y brillantes.

El siguiente paso es mezclar la clara montada con la mezcla de almendra y azúcar que habíamos preparado antes. Ir mezclando poco a poco y en movimientos envolventes para que así, la clara no pierda todo el aire. Aunque hacerlo sin miedo, pues en esta receta, no pasa nada porque las claras bajen un poco.

Cuando ya lo tengamos todo bien mezclado y homogéneo, incorporamos la masa obtenida a una manga pastelera y dejamos reposar al menos una hora.

Transcurrido este tiempo y no antes (en esta receta, es muy importante respetar los tiempos de reposo, si no, no saldrán), hacemos bolitas sobre una bandeja de horno, previamente preparada con papel de hornear o una plancha de silicona. Intentaremos que sean todas las bolitas del mismo tamaño. La mejor forma es ir haciendo pequeños montoncitos, ellos solos irán asentando mientras reposan.

Una vez formados todos nuestros montoncitos, dejamos reposar otra hora más, mínimo. Pues necesitan tiempo para que se cree una capa exterior que será lo que impida a la clara en su cocción se suba, haciendo la presión hacia los lados y dándole así al macarons esa formita tan bonita.

Una vez hallan reposado el tiempo suficiente, incorporamos al horno previamente calentado a 140-150º unos 10-12 minutos.

Dejar enfriar una vez sacados del horno antes de despegar, recordad que son muy frágiles y se rompen con facilidad.
Por último, rellenamos con una crema de chocolate al gusto. Yo la suelo hacer con un poco de mantequilla en pomada, chocolate en polvo y azucar glass, sale buenísima y es muy útil también para la cobertura de las tartas...
Una nota importante que aportó mi amiga Criss de ALIMENTA, es que esta elaboración, está mucho más buenos transcurridos unos días desde su elaboración. Ella aconseja, guardar en la nevera una vez rellenos. La verdad es, que yo le hice caso y estaban mucho mejor que recién hechos. ¿Qué me decís vosotros? Ah! Y no olvidar, que esta receta es apta para celiacos!!!