En Baeza (Jaén) se anunciaba una de esas extrañas corridas concurso que este año están naciendo como setas, mor de la avaricia de los taurinos, que ven como dan lustre, por lo menos teoricamente, a un cartel barato con toros de desecho. Sin previo aviso, bueno, estoy mintiendo, digamos que a eso de las doce, Daniel Luque presentó un extraño parte por "molestias físicas" y se cae, quedando el invento en un mano a mano entre Sergio Aguilar y César Jiménez. También se dice que a esas horas pidió la gallina y como no estaba preparada dijo que nones. Las mismas fuentes aseguran que sus compañeros fueron "insolidarios" y tiraron pa'lante sin cobrar... Lo que pasa después yo no lo sé, pero el caso es que como dice la señorita pija esa que anuncia en la tele champús de kiwi amelocotanados, "porque ellos lo valen", cambian la concurso a mano a mano normal. Sin aviso ni nada. Para más inri, el único toro de ganadería a priori interesante para estas enjundías toristas, el de Ana Romero, desaparece, pasando a ocupar su sitio un torete de Salvador Domecq, que hace doblete. Lo que nos da, exceptuando el representante cuatreño de Peñajara, una concurso, que no lo fue pero así se fraguó, plena de fieras del encaste Domecq. Parladé, Gavira y Torrestrella cerraron el menú. Menuda porquería.
Y en Huesca, más de lo mismo. Ya lo contamos, lo del cártel de Matilla, que es al mundo del toro lo que Pablo Escobar fue al de la droga. A lo que ya había anunciado, que era bastante vergonzoso: Jaral de la Mira, Yerbabuena, Mari Carmen Camacho, Juan Pedro Domecq y Fernando Peña, se ha sumado un remiendo de Luis Algarra, en sustitutición de un bicho herrado con el yerro degradante de Hermanos García Jiménez. Ni gente en la plaza, ni suerte de varas, ni casta, ni presencia en los toros...
Con esta gente no vamos a ningun sitio. Bueno, sí, a Cultura dados de la mano, como buenos samaritanos.