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¿Cuál es esa historia que triunfa a partir de Castelao? Resumidamente se trata de cómo los Reyes Católicos llegan a Galicia y destruyen una Arcadia feliz. Con la llegada de la reina Isabel de Castilla, se impone el castellanismo, se destrozan las viejas tradiciones gallegas, se prohíbe el idioma, se traen curas y oficiales de otras partes de España, etc. Hasta tal punto triunfa este relato fantástico, que a la época que va del siglo XV hasta el Rexurdimento se le llama "Séculos Escuros" (Siglos Oscuros). Que esto tenga poco que ver con la realidad parece no importarle a nadie.Es harto infantil pensar que el inicio del reinado de Isabel suponga un antes y un después total en la costumbre social y política de Galicia. Basta poner sobre la mesa los medios disponibles en aquella época. Si leemos a los etnólogos franceses del XIX cuando nos cuentan cómo en Francia hay canibalismo, que muchos paisanos desconocen que el país ya no es un reino, que la mitad de la gente no habla francés y que todo el mundo rural cree en fantasmas y brujas; tendremos una lejana idea de lo que podía estar pasando por la cabeza del mundo rural gallego en el XV. Es por lo tanto inane hablar de un programa de exterminio de una minoría nacional en el XV.
Mucho insisten en decirnos que existía una "idea de Galicia" funcionando en Galicia antes de la llegada de los Reyes Católicos. La cosa es que antes del XIX no existe la "idea nacional". Este invento del liberalismo, estrechamente ligado al concepto de soberanía, está tan alejado de las mentes del XV que es delito de lesa inteligencia ligarlo a él.
Es muy importante, cuando se habla de un tema así, acudir a las fuentes y datar esas fuentes. En este caso, las fuentes son relatos históricos del primer tercio del XX, que nos hablan del XV. Es decir, fuentes secundarias. Claro, lo que se sabía en el primer tercio del XX sobre el siglo XV es mucho menos de lo que se sabe hoy. Ésta es la piedra de toque de ese discurso y con eso estaría todo dicho.
Una contradicción tan sutil como real es que los marxistas se basen en idealistas para articular un discurso transversal. Apelan a la nación cuando deberían decir que la nación es una expresión del poder de clase. Raro, raro, raro.
Ah, pero estamos aquí ante una cuestión fundamentalmente política (se trata de ganar la descripción de la realidad presente y pasada), por lo tanto, en este tema es necesario utilizar armas políticas. La más efectiva siempre ha sido —aparte de las armas, que no es el caso— exponer al contrario ante sus contradicciones. Y hay una contradicción muy grande en esa historiografía nacionalista.Dicen que durante los Séculos Escuros se prohibió el gallego de tal forma que desapareció de la escritura. Que se relegó la lengua a un statu de baja extracción social y que sólo esa idea mítica nacional de Galicia —inexistente en todo el planeta en la Edad Moderna— hizo pervivir esta lengua por la tradición oral. Ante esto, cualquiera diría que antes del 1480 todos los campesinos gallegos estaban escribiendo cual César Vidal dopado. Lo cierto es que la vida del hombre de baja extracción no cambió en lo sustancial en lo que va desde Octavio Augusto hasta la universalización de la escolarización, bien entrado el siglo XX.
Oh, bueno, también está el pequeño e incómodo tema que no comenta mucho la historiografía nacionalista oficial: durante esos Séculos Escuros se siguió escribiendo en gallego. Pequeño detalle que es harto conocido y sobre el que se pasa de puntillas para poder decir que existió una efectiva persecución de todo lo que sonara a gallego y una imposición malvada de todo lo que sonara a castellano. Henos aquí ante esta otra contradicción: si tanto adoran la historia de la lengua gallega, ¿por qué relegar esa literatura a un rincón olvidado? La respuesta es evidente: no les importa tres higas la historia de la lengua. Como dije, es una cuestión política. La manipulación del relato histórico es herramienta lista para ser usada en esta batalla por la descripción de la realidad.
El Estado Moderno en Galicia
Las reformas de los Reyes Católicos en Galicia no pueden separarse del contexto en el que se impone la reina Isabel a sus enemigos (por cierto, la reina Isabel cuya familia materna era portuguesa y muy probablemente hablara gallego). Que la nobleza gallega se colocara con la Beltraneja y las clases populares (básicamente los concejos, ya que los campesinos estaban tratando de sobrevivir y eran unos ignorantes con pocas aspiraciones, como en el resto del mundo, por cierto), con Isabel hizo que Isabel actuara de una forma y no de otra. A mi no me miréis, haber ganado la guerra, beltranejos.
Muy resumidamente, la reina se cepilla a la vieja nobleza gallega (excepto a quienes la apoyaron). Para los concejos que estaban en conflicto con esos nobles la alegría fue doble: no sólo hemos ganado la guerra, sino que nos quitan estas rémoras de encima. Será Galicia uno de los primeros lugares donde se experimenta algo nuevo en lo que a la administración pública se refiere: que los nobles dejen de ser mini-reyes y pasen a ser funcionarios. Ahí está el ascenso de la Casa de Lemos, con los Osorio y los Andrade, grandes almirantes de Castilla, coordinadores de la defensa costera, de la batalla contra el turco y, ya con los Austrias, virreyes de Nápoles.
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La pacificación del reino tenía un reto fundamental: que la justicia del rey fuera más directa, que la protección realenga a las ciudades libres se produjera sin interferencias. Se establecen las primeras escuelas de funcionarios y se crea la Real Audiencia del Reino de Galicia. Ésta institución junto a la Junta del Reino, serán las que alejen los conflictos internos: haciendo zoom out, es como si se dejara el poder público en manos de las ciudades (en contraposición al poder nobiliar de épocas anteriores). Pues eran las ciudades las que enviaban sus diputados a la Junta del Reino.Con los ojos arrasados por sus lágrimas de cocodrilo, el nacionalista contará una historia horrible sobre cómo la reina le quitó su voto a Galicia en Cortes y se lo dio a Zamora. La contradicción aquí es evidente: el nacionalista parece desear que Galicia participara en la gobernabilidad de Castilla. Imaginaos a Arnaldo Otegui de ministro de Interior de España. Hay que decir sobre este punto —que carece de importancia— que el voto en Cortes lo recuperan las ciudades gallegas a mediados del XVII —por la época en que se estrenaban funciones de teatro en lengua gallega—. El voto en Cortes daba pase VIP para el palco del Bernabeu a un grupo muy reducido de funcionarios. Mientras tanto, lo que el campesino estándar veía era que las guerras se habían acabado. Y sí, es cierto que había levas e impuestos para pagar guerras y palacios. Lo mismo que en Murcia o en Sestao.
El balance general de la época de los Reyes Católicos en Galicia es esencialmente positivo. Se acaban las guerras, las ciudades cobran más importancia, aumenta la policía (politeia) con lo que se reduce la arbitrariedad del poder local y en general, pese a todos los avatares que quedan por contar, Galicia aumenta su población y su riqueza hasta la Guerra de Independencia más que en los siglos precedentes. Por lo tanto, la etiqueta "Séculos Escuros" y el juicio que se hace de los Reyes Católicos no pueden ser más injustos.
Un (polifónico) mensaje a los terroristas: