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Los mártires de Chicago y el yugo capitalista

Publicado el 01 mayo 2014 por Leidy Leidy Parada Salinas @leidy_p_s

Tal día como hoy en 1886, trabajadores norteamericanos en Chicago levantaron su voz, unieron fuerzas e iniciaron miles de protestas en contra de la opresión laboral. El movimiento obrero, que fue representación de lucha socialista no cesó la lid por la libertad y la justicia frente a la coacción policial y la furia patronal. Cada primero de mayo se rememora a todos los mártires de Chicago, mártires de la clase trabajadora de todo el mundo.


Represión capitalista
En el siglo XIX, Estados Unidos  funcionaba -y sigue funcionando- bajo el sistema capitalista. En aquel momento hubo división; para el sur, la importancia de la producción recaía en lo agrícola por lo que era imprescindible la presencia de esclavos. En el norte, se vivía el auge de la revolución industrial, entonces se necesitaban obreros. No había diferencia entre la clase obrera y la esclava. Progresivamente iba aumentando la explotación, al punto que mujeres y niños debían trabajar con un sueldo dos veces inferior al de un hombre adulto, lo único que los igualaban eran las 16 a 18 horas de trabajo forzado.   Tras esto, la guerra de secesión (1861-1865) representó una oportunidad  para que los explotados comenzaran a rebelarse de manera evidente. Esta guerra que fue un conflicto por disyuntivas económicas entre el norte y el sur, reforzó los ideales de libertad entre los obreros y esclavos, incidiendo en la lucha por la abolición. Marx en el tomo I de El Capital, dijo que esta iniciativa por parte de los obreros blancos es porque se dieron cuenta de que “el movimiento obrero no podía salir de su postración mientras una parte de la República siguiese mancillada por la institución de la esclavitud. El trabajo de los blancos no puede emanciparse allí donde está eslavizado el trabajo de los negros”. Por lo tanto, el primer fruto de la  guerra de secesión fue agitación por las horas de trabajo, y esto se vio apoyado por la muerte de la esclavitud que lograron; llenándose el débil movimiento sindical de esperanza.La lucha de la clase trabajadora contra el sistema capitalista no fue sólo de un día.  Desde que terminó la guerra mantuvieron una lucha constante para exigir el respeto de sus derechos. Fue una tarea difícil, porque además de la humillación, a finales de la guerra de secesión, surge la famosa organización de extrema derecha, racista, xenófoba y anticomunista Ku Klux Klan, que provocó la muerte de gente humilde, especialmente en el sur como reacción ante la abolición de la esclavitud de la mano negra y la gestión política de los republicanos.El progresivo fortalecimiento del capitalismo exigía la acumulación de mano de obra, para 1882  había crecido considerablemente la clase proletaria pero también los índices de pobreza.  No es hasta 1886, cuando ya cansados del abuso capitalista, muchos obreros de todas las nacionalidades y colores, decidieron crear asociaciones sindicales como Caballeros del Trabajo ( Khigths of Labour) o la Federación de Sindicatos Organizados de Estados Unidos y Canadá (Federation of Organized Trade and Labour Unions of the United States and Canada) .La lucha obreraEl primero de mayo de 1886 fue el inicio de muchos días de combate de ideales. Ese día, los dirigentes sindicales: Parsons, Spies, Fielden, Neebe, Fischer, Lingg y Schawb lideraron la razón obrera: “actuar con resolución y convención por las justas reivindicaciones”. Convocaron a todos los obreros para que se unieran a un paro masivo y así reclamar la igualdad de remuneración del trabajo masculino y femenino, a la igualdad de derechos del hombre blanco y de color, a la prohibición del trabajo infantil y la más discutida y rechazada por los burgueses, la reducción de la jornada de 16 horas a 8.Durante cinco días consecutivos los obreros manifestaron su indignación mediante huelgas. Para el tercer día, la cifra de  protestantes se elevó de manera alarmante, policías salieron a la calle y los sometieron sin piedad. Frente a la represiva, el periódico anarquista Arbeiter Zeitung manifestó su apoyo a los trabajadores: "La sangre se ha vertido. Ocurrió lo que tenía que ocurrir. La milicia no ha estado entrenándose en vano. A lo largo de la historia el origen de la propiedad privada ha sido la violencia. La guerra de clases ha llegado.... En el palacio hacen brindis, con copas llenas de vino costoso, por la felicidad de los bandidos sangrientos del orden público. Séquense las lágrimas, pobres y condenados: anímense esclavos y tumben el sistema de latrocinio."Para el atardecer del día 4, Haymarket, uno de los sitios en donde los obreros se concentraban para dar discursos de rebelión, fue escenario de una zona de fuego indiscriminado.  Los policías obedeciendo las órdenes capitalistas, comenzaron a apuntar contra los huelguistas, explotaron una bomba que cobró varias vidas. Ese día, murieron 7 policías y 200 huelguistas resultaron gravemente heridos.  Los mártires de Chicago y el yugo capitalista

Mientras se iban llenando las cárceles de revolucionarios, el día 5, hubo una masacre sangrienta, arrestaron al equipo del periódico anarquista y apresaron a los 8 dirigentes sindicales, de los cuales, Engels, Parsons, Spies, Lingg y Fischer fueron condenados a la horca, sin embargo, Lingg prefirió suicidarse. Fielden, Neebe y Schawb fueron condenados a prisión.José Martí, quien para aquel momento fue corresponsal del periódico argentino La Nación, narró así la ejecución de los anarquistas: “...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: «la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una señal, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...”Los mártires de Chicago lograron despertar conciencia humana y dieron una lección universal: “ninguna máquina puede estar por encima del hombre”. En 1889 la Internacional Socialista exigió la jornada de ocho horas para todos los obreros del mundo mediante una gran manifestación en todos los países, también decretó conmemorar internacionalmente el primero de  mayo. Engels, en el prefacio del Manifiesto Comunista resaltó su alegría por el logro proletario, porque a nivel mundial demostraron a los capitalistas y terratenientes que todos los obreros estaban unidos.  En Venezuela, esta fecha se comienza a conmemorar en Maracaibo el 24 de julio de 1936, en el gobierno de Eleazar López Contreras. Para ese mismo año se habla en Venezuela del nacimiento de movimientos sindicales de trabajadores, sin embargo, no es hasta el gobierno de Isaías Medina Angarita en 1945, cuando se establece por decreto que será el 1 de mayo cuando se conmemorará el Día Internacional del Trabajador. El 24 abril del 1946, Rómulo Betancourt, dictamina que este día debe ser feriado y remunerado obligatoriamente.Muchos países evocan el Día del Trabajador, pero por el valor socialista de la conmemoración, Estados Unidos en su lugar "celebra" el Labor Day el primer lunes de cada septiembre. Hoy muchos movimientos obreros del mundo marchan para seguir manteniendo la hermandad y contender contra los intereses personales y ambiciosos de los capitalistas del mundo. 

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