Gran año de conciertos, entre salas pequeñas, festivales y demás, ha provocado que la selección no haya sido sencilla, más si tenemos en cuenta que en muchos de ellos estaba acompañado de personas especiales, aunque de todos tengo grandes momentos, anécdotas y recuerdos imborrables. Así he disfrutado de grupos y músicos veteranos en gran estado de forma, algunos que nunca había podido ver y me moría de ganas, descubrimientos y otros más nuevos. Como siempre, la lista está confeccionada a partir de los conciertos a los que pude asistir, claro está.
Es difícil de explicar cuando has visto a una banda muchas veces, y sabiendo que son unos profesionales como la copa de un pino, y que no te van a defraudar, te vuelvan a sorprender, te den otra vuelta de tuerca más, y eso me pasó esa noche de nuevo con ellos.
La formación, la que lleva unos 15 años seguidos aproximadamente, es decir, Miguel Pardo a la voz, Fernando Pardo a la guitarra y coros, Marta Ruíz Perdiguero al hammond, Javi Vacas al bajo y Loza a la batería, ayer con Jota a la segunda batería.
Hablamos de una banda cuyo estilo se ha ido moldeando con los años, digamos que se ha ido puliendo, y aunque tiene multitud de matices y recovecos, su tremenda fuerza en directo es algo que sigue intacto.
Os dejo con Where I belong de aquella noche.
Glorioso doble concierto en la madrileña Sala Caracol allá por el mes de octubre. Por un lado The Neanderthals, esa otra banda que dirige Eddie Angel, después de Los Straitjackets y que son unos auténticos cavernícolas en el escenario, ataviados con sus trajes prehistóricos. La primera vez que les vi hace ya bastantes años, 9 si no recuerdo mal, teloneando a los Trashmen, me dejaron con un sabor de boca excelente, y aunque éste día había variaciones en el cantante y el batería, ambos fueron precisamente los que más me gustaron, el primero con una actitud encomiable, súper divertido, amante de a cerveza y muy muy cavernícola, y el segundo clavando los ritmos de manera brutal. Por supuesto Eddie Angel y sus puntéos era delicioso y el bajista tocó con gafas de sol y lo clavó.
Los titulares de la noche eran Southern Culture on the skids, ese trío que forman Rick Miller a la voz y guitarra, Mary Huff al bajo, voces y teclados y Dave Hartman a la batería y percusiones. Este combo sigue sonando a la perfección en esa mezcla que hacen de surf-rock, psicodelia, rock alternativo, incluso algo de rockabilly, que siguen ejecutando de manera precisa y muy consistente.
Os dejo con un vídeo de los Neanderthals de aquella noche.
La banda del Puerto de Santa María, Cádiz, los Furia Trinidad, que realmente dieron un recital soberbio allá por Febrero, son uno de mis grandes descubrimientos. Mi buen amigo Javi Serrano ya me avisaba de que eran un terremoto en directo, y ese día por fin pude comprobarlo, son una bomba de relojería, pero cuidado, no me refiero sólo al show, que lo dan, sobre todo Goli Supersummer, es que suenan de lujo y despacharon un concierto de altos vuelos, donde repasaron a sus anchas sus dos magníficos discos, gira del segundo en el que se hayan inmersos, producido por Paco Loco, ese She and the sunshine, del que hablé aquí en su día.
Su estilo navega entre la música fronteriza, el surf, el rock potente, y todo ello con un despliegue descomunal. La formación en vivo es Goli Supersummer a la guitarra y voz, Nur Wong a la voz y guitarra solista, apoyados por Dani Escortell al bajo y un batería que ayer era distinto creo. En algunos temas tuvieron el apoyo de un trompetista, Jeff le llamaba Goli.
Os dejo con Shake it como sonó aquella noche.
Segunda oportunidad este año en que veía a la banda de Úbeda, Guadalupe Plata, ésta vez en la Sala El Sol, y francamente me gusta más verlos en una sala así. Han editado este año su cuarto trabajo largo de estudio, homónimo como siempre, aunque aquí diremos que es el disco del perrito, por identificarlo (y que en mi lista de nacional alcanzó el puesto 7). Perico de Dios, a la guitarra brutal, a la voz cada vez mejor, Carlos Jimena a la batería, percusiones y maracas clava los ritmos y Paco Luis Martos al contrabajo de barreño de zinc, washtub bass y también guitarra rítmica se salen. Los novios de la muerte siguen enganchando de una forma increíble en sus conciertos, y ese día no fue una excepción, se notaba que había gente que era la primera vez que les veía y caían rendidos, y ojo, a mi me parece que practican un estilo nada fácil para el oído, ese blues-rock descarnado, crudo con letras escasas, algo repetitivas, pero adictivas 100%. Es muy curioso observar el tipo de público que va a los conciertos de esta banda, por un lado sus fieles seguidores con las camisetas que les venera, por otro, público del llamado "indie" que les ha acogido en su seno (no en vano el último álbum está editado por Everlasting, compañía independiente) y les aplaude y por otro, ese tipo de gente que acepta la buena música sin más, y disfruta.Ya no es el tema de que te sorprendan, eso pasa la primera vez, pero me sigue gustando su rollo, son únicos en su especie.Os dejo con Tengo el diablo en el cuerpo tal y como sonó ese día.