Los mejores planes para disfrutar de la Navidad en Madrid

Publicado el 18 diciembre 2017 por Noemi Megustamibarrio @megustamibarrio

Madrid cada día atrae a más turismo de compras. De hecho, estos días, no hemos parado de escuchar lo mismo en el telediario. En el de las 15h y en el de las 21h, todo el rato. Y es que la capital del reino está hasta arriba y parece que no cabe un alfiler, por eso, algunos prefieren hacer otros planes que se salgan de la norma, experiencias, vuelos en globo por la Sierra de Guadarrama, como ofrece Aladinia, o un masaje de flores en los pies, para poder luchar contra todo y contra todos de forma renovada y serena.

Es curiosa la vista desde Ópera. Dejando atrás el teatro real, sólo se ve desfilar un ejército de hormigas por la calle Arenal, con tranquilidad, meciéndose por el resto de sus iguales, cargados de bolsas, niños y niñas con globos, artistas de la calle que se convierten en estatuas jugando al ajedrez, en camareros que dan un traspié con una bandeja y una copa de agua a punto de caerse o una cabra de espumillón que pega sustos de manera rara, incomprensible. Sí, es una cabra de espumillón, con sus cuernos y todo.

Y es que, en esa calle Arenal, a la izquierda, se puede llegar hasta el mítico Cortylandia, la primera parada de nuestro recorrido de un día de Navidad cualquiera. Este año corre a cargo de unos osos polares, unas figuras que ya vimos otro año, pero que igual merece la pena volver a ver por aquello del deshielo del Ártico. Cortylandia tiene el poder de atraer a pequeños y mayores, porque forma parte de nuestra historia, de la historia de nuestras costumbres, y aunque ha desaparecido en muchas ciudades (en casi todas), el Corte Inglés de Callao sigue resistiendo, Navidad tras Navidad, invitando a niños y mayores a la "alegría en estas fiestas porque ya es Navidad..." y convirtiéndose en el centro de muchos planes en Madrid de estas fechas. Antes de ir, conviene mirar el horario de los pases, aunque suelen ser cada hora.

Terminamos aquí y vamos hacia la Plaza Mayor, ya que estamos. Entre bombetas, tomates que se aplastan y pitidos raros, nos vamos haciendo un hueco. Hace algunos años, se intentaron poner todas las casetillas de la Plaza Mayor en la vecina Plaza de la Cruz. Pero, "¡la Navidad no está hecha para experimentos!", pensamos algunos, aliviados cuando volvió todo, al año siguiente, a su ser. Es inevitable pensar en Chencho, el niño español más buscado en Noche Buena. Un paseo, comprar alguna figurita para el Belén, un jabón que ensucia las manos o la careta del político de turno.

Para comer, podemos hacer varias cosas, depende del hambre que tengamos, claramente. Los bocadillos de calamares de los bares de alrededor de la Plaza Mayor, siempre son una buena opción, pero también lo es pasear por las calles de La Latina, por la Cava Baja y la Alta y tomarse unas cañas, sin prisa. Es cierto que si llega un día de frío, igual un cocido en la Bola, uno de los lugares más emblemáticos para comer este plato de la cocina tradicional madrileña. O en otros restaurantes un poco más alejados pero que no hay que dejar de tener en consideración, como Casa Carola, la Taberna de la Daniela o, incluso, más alejado, la Cruz Blanca de Vallecas, ganador de varios premios y destino de peregrinaje de muchos admiradores de la gastronomía de la capital.

Cuando cae la noche, a partir de las 18h que empieza a esconderse el sol, las luces comienzan a alumbrar en la Gran Vía, dando mayor protagonismo a los espectáculos que estos días se pueden ver en la ciudad y que constituyen una de las mayores experiencias en Madrid. El Rey León, el Guardaespaldas o el Mago Pop. También el Mago Enrique de León comenzará su espectáculo el próximo 23 de diciembre. Y, en el Teatro Real, el punto de partida de este día en Madrid, se puede ver La Bohème de Puccini, una nueva versión y que estará en teatro hasta el 8 de enero, con un total de 19 funciones.

No importa la hora, San Ginés siempre está abierto y es casi obligatorio, para quienes visitan la ciudad, tomarse un chocolate caliente con churros para resguardarse del frío, hacer un alto en el camino y planificar qué se hará después.

Quizá bajar toda la calle Alcalá hasta ver su Puerta y ver la iluminación de la zona más cool para ir de compras. Llegar a la Plaza de la Independencia con más luces todavía y recorrer Serrano, por las tiendas de marcas conocidas en el panorama internacional. Subir por Goya, hacer algunas compras para regalos, quizá en algunas de las tiendas más exclusivas que hay, obviando marcas más conocidas a efectos de la globalización, en busca de regalos originales.

¿Para cenar? Sin duda hay que ir a la calle Jorge Juan y a su callejón: Babelia, Amazónico o Quintín, son algunos de los lugares donde poder poner guinda a este gran día en Madrid.