Ser diestro o ser zurdo no implica poder jugar mejor o peor al baloncesto pero en cierta manera si es una forma distinta de interpretar el baloncesto ya que al fin y al cabo la inmensa mayoría de la población son los diestros y ver algo distinto a lo habitual si que al menos nos produce una cierta atracción visual. Más allá de ese gusto por la forma estética del juego del zurdo no hay mucho más. La mejor prueba de ello es que ninguno de los mejores zurdos de la historia de la NBA son recordados por el hecho de jugar con la mano izquierda sino porque de por sí eran o son excelentes jugadores.
De hecho estoy convencido que os sorprenderá más de un jugador zurdo que igual nunca habíais percibido o bien no teníais un recuerdo claro sobre su lateralidad dominante.
En mi opinión el tiro del zurdo me parece más ortodoxo, más limpio en cuanto a la ejecución.
El brazo de carga busca más fielmente los 90 grados que el del jugador diestro pero esto es sólo una opinión.
Lo que si que es cierto es que el jugador diestro está acostumbrado a defender jugadores diestros ya que porcentualmente el balance diestro-zurdos es del 87% a 13%. Lo habitual es defensa diestro versus atacante diestro.
Cuando el atacante es zurdo puede que el defensor no esté acostumbrado a los movimientos fundamentalmente en el paso salida o bien en la carga del tiro. Esto puede dar una cierta ventaja puntual al jugador zurdo pero estamos hablando de mínimos.