Los miedos infantiles a lo largo de la niñez

Por Centro Psiconet

El miedo infantil es algo común en todas las culturas y las épocas. Es por tanto un proceso natural de la evolución del individuo, que va variando en función vamos alcanzando mayor edad.

El miedo tiene un importante valor adaptativo para la especie. Estos sentimientos desagradables que vive el niño durante su infancia, sirven posteriormente para facilitar su adaptación al entorno y estar preparado para un peligro potencial.

Los miedos son evolutivos, puesto que el objeto temido va cambiando con la edad a medida que el sistema psicológico del niño va madurando. Es por ello que, como padres, no debemos preocuparnos si nuestros hijos sufren miedo ante algunas situaciones u objetos.

Por lo general, los niños de entre 0 y 6 años sufren miedo a los ruidos fuertes y a la pérdida repentina de un punto de apoyo.

Entre los 7 y 12 meses, este miedo evoluciona y se centra en los objetos que aparecen de forma repentina, a la separación del pequeño de sus padres o a los extraños. Por lo general, el miedo a la separación de los padres permanece en el niño hasta entrados los 6 años.

Entre los años 1 y 3, los niños suelen tener miedo a las máscaras, los ruidos fuertes, la oscuridad o los animales. Es normal que al acercarse un perro, el niño se esconda o intente no tocarlo.

A partir de los 5 años, además de continuar el miedo a estar sin los progenitores, los niños experimentan miedo a los seres sobrenaturales y a las lesiones corporales.

Hasta los 12 años, este miedo se transforma en miedo a estar solo, miedo a hacer el ridículo, miedo a la muerte o al aspecto físico.

Como se puede observar, la evolución de los miedos infantiles va desarrollándose a medida que el niño crece, hasta desembocar en miedos que son comunes en la mayoría de los adultos. La tendencia natural de los miedos infantiles es que vayan desapareciendo progresivamente.

Como adultos, debemos establecer las fronteras entre lo que son los miedos normales y los miedos patológicos, que pueden desembocar en problemas posteriores y requerir de ayuda psicológica.

Las referencias a los miedos infantiles aparecen constantemente en películas y literatura. Este es el caso del conocido libro de Lewis Carroll “Alicia en el País de las Maravillas”. En su relato, Carroll establece diferentes situaciones que recrean algunos de los miedos más comunes de los niños.

Para ayudar a superar sus miedos a los más pequeños de la casa, existen varias pautas que los padres pueden seguir.

La primera de ellas es el modelado. Los padres pueden incitar la conducta temida para enseñar al niño que no pasa nada. Sentarte con tu hijo a ver una película de miedo y permanecer a su lado, es una buena forma de hacerle sentir seguro ante este tipo de temores.

Es de gran importancia evitar ridiculizar al niño por sus temores. Enseñar técnicas de relajación al pequeño, por ejemplo a la hora de dormir si no quiere hacerlo solo, o mantener la calma ante situaciones que el pequeño teme, son conductas muy recomendables para ayudarlos en su desarrollo.

Algo que debemos tener en cuenta, es que es importante evitar sobreproteger a los niños. De esta forma evitamos que se vuelvan dependientes.

Además, saber escuchar y dedicarles el tiempo suficiente a nuestros hijos, es algo imprescindible para su crecimiento y buen desarrollo psicológico.