¿Cuántos miedos tenemos?, ¿cuántas cosas no hemos hecho por miedo?
¿Qué es lo que determina que no hagamos algo que siempre hemos querido hacer? ¿Qué es lo que nos frena?
En realidad podríamos hacernos tantas preguntas como personas y situaciones somos en el mundo. Y a la vez, muchas de esas preguntas nos llevarían a la misma respuesta o a respuestas similares….
Me gustaría saber por qué nos preguntamos a veces tantas cosas , si muchas de ellas no tiene respuesta… por qué no actuamos en lugar de preguntarnos tantos por qués, o de ponernos tantos límites, o de excusarnos en no querer dañar a los demás, o en que es lo mejor para nosotros, o en que no es el mejor momento... ¡si ni siquiera a veces sabemos qué es lo mejor para nosotros!
Pero es más fácil posponerlo, ponernos en «piloto automático», para autoprotegernos, para creer y convencernos de que así también protegemos a los de nuestro alrededor; pero yo me pregunto, ¿protegernos de qué? ¿qué hay allí fuera que nos cuesta tanto enfrentarnos?
A veces nos da miedo preguntarnos cosas porque no queremos enfrentarnos a las respuestas, no queremos salir de ese piloto automático, no queremos romper esa rutina que a veces nos rompe por dentro poco a poco, no queremos salir de la zona de confort…pero la verdad, la mejor forma de superar los miedos es enfrentarnos a él.
Nosotros, y nadie mejor que nosotros nos conocemos a nosotros mismos, y tenemos las herramientas suficientes para enfrentarnos. Únicamente tenemos que querer. Debemos poner toda la energía, la motivación y el tiempo para superar esas barreras que nos impiden hacer las cosas que queremos realmente. Hay que dejar las excusas atrás, hemos venido a esta vida para algo. Así que nunca será el mejor momento.
Escribe en tu mente y después en papel qué quieres ahora, mañana, en un mes, en unos años… y haz todo lo posible para cumplirlo,
enfrentando tú , cara a cara, a tus miedos, sin culpar a nadie, sin culparte a ti mismo.
Es hora de tomar las riendas, hoy, no mañana.