En una ocasión una pareja de esposos viajaban con el hijo de dos años, a otra ciudad, a mitad de camino al carro en el que viajaban se le apagaron las luces, y como la carretera era demasiado oscura tuvieron que prender los celulares para indicar a los demás carros, cuando llegaron a la primera población, el esposo se dedicó a arreglarle las luces pero no lograba que estas estuvieran más de 3 minutos encendidas, la esposa, se sentó con el hijo de 2 años, y orando le pedía al señor que me como él estaba muy ocupado por favor le enviara un angelito que los ayudara, y así fue, un señor sin saber porque, se acercó y les preguntó el problema, y al enterarse, les indico una dirección y les decía “Digan que van de parte mía”, ya que era sábado entre 8 y 10 de la noche y posiblemente no los atenderían; El esposo no se dio cuenta de las oraciones de la esposa, hasta que llegaron a su lugar de destino, pero aun así, siempre consideró que había sido una coincidencia, mientras la esposa siempre lo atesora en su corazón como un milagro que recibió de Dios.
A las personas como ese esposo, yo los declaro “TOMASINOS”, por el apóstol Tomas que necesitaba tocar las heridas Jesús para poder creer que había resucitado. Pero aun así entiendo su punto de vista, porque quien hizo la oración con toda la fe que se requería, fui ella, su esposa, y él no se dio por enterado; El esposo es simplemente un beneficiario de LOS MILAGROS AJENOS.
Los “TOMASINOS” son simpatizantes, que no tienen una vida espiritual muy activa, pero adicional a esto, son demasiados reacios o escépticos a cualquier situación que nos indique adjudicarle un hecho extraordinario o milagro a un o ser superior como lo es Dios, (aunque se beneficien de dichos milagros); Ahora, hay que aclarar que las personas a quienes se les han adjudicado milagros por así decir, no son extraordinarias, lo extraordinario en ellas es la comunión que tengan con Dios, ya que es él quien nos utiliza a su manera ya sea para enseñar, guiar, ayudar, o sanar, o representar un milagro, etc. Los Tomasinos, no les es fácil creer, porque consideran que Dios es demasiado grande y en algunos casos tan distante que no lo podemos ni percibir, y este mundo esta tan complicado que tampoco se merece que Dios haga un mínimo esfuerzo.
Cuando Jesús realizó milagros, lo hizo glorificando a Dios Padre, y se realizaban sin esperar horas o días, pero los hombres de hoy en día no tienen tal privilegio, los milagros ¡que se dan!… ¡se dan!, pero requiere mucha más conexión con Dios y ni siquiera me refiero al “sanador terrenal” sino al beneficiario del milagro; Me explico, si un enfermo con un diagnostico catastrófico, medicado y certificado por profesionales en la salud, y acude a un lugar de “sanación” cualquiera que el enfermo considere, pero que lleva toda la fe que pueda emanar su alma, su mente y su corazón, en que Dios va a usar los conocimientos del “Sanador terrenal” posiblemente ese milagro sea otorgado, ahora si su fe radica en que el sanador terrenal es quien tiene el poder de sanarla sin tener en cuenta lo anterior… ¡vaya!… ¡que complicado!
Ahora si ocurre el milagro, los sanadores terrenales siempre se los adjudicarán como propios, y siempre serán gananciosos, y beneficiados de “LOS MILAGROS AJENOS”.
Recuerden “Al que cree todo le es posible” Marcos 9:23.